viernes, 25 de marzo de 2016

24 de marzo: 11 verdades incómodas para la izquierda

1_El terror empezó antes de la dictadura. Muchos centros de detención ya estaban operativos desde antes, la Triple A ya había comenzado con secuestros, torturas y asesinatos, el robo de bebés ya era una práctica sistemática y por medio del Operativo Independencia las FFAA 

2_Los grupos terroristas subversivos fueron grupos criminales que en democracia realizaron atentados explosivos, secuestros y asesinatos. Bajo ningún punto de vista se puede considerar que los presos por estos actos o los caídos en combate en estos años (1973-1976) sean presos o muertos "políticos".

3_Decir que en la dictadura hubo una guerra sería exagerado. Pero no sería decirlo que entre 1973 y los primeros años del Proceso haya habido efectivamente un enfrentamiento militar de baja intensidad entre las organizaciones subversivas y las Fuerzas Armadas, al cual el Juicio a las Juntas denominó acertadamente "guerra revolucionaria". Por supuesto que el hecho de haber existido esta guerra no justifica el plan de exterminio puesto en marcha por la dictadura, que se alejó totalmente de una guerra.

4_La participación de EEUU en el golpe de 1976 fue menor si se la compara con la del golpe de 1973 en Chile. Desde 1977, con la presidencia demócrata de Jimmy Carter, EEUU se convirtió en el principal denunciante a nivel internacional de las atrocidades del Proceso.

5_Del otro lado, Cuba y la URSS se convirtieron en aliados de la dictadura, defendiéndola ante la comunidad internacional.

6_Los líderes de Montoneros tuvieron participación en negociaciones que entregaron a muchos militantes llanos de su organización. No es casual que la mayor parte de cabecillas del ERP hayan muerto o se hayan tenido que fugar del país, en tanto que las cabecillas de Montoneros hayan sobrevivido y en sus estadías en el exterior no hayan contado con mayores dificultades.

7_De ninguna manera se puede decir que la política de la dictadura haya sido liberal. Se estatizaron muchas empresas (Austral, Ítalo, etc.), se implantó un modelo de control de cambios (la tablita de Martínez de Hoz), se protegió a la patria contratista y se estatizó deuda privada.

8_No hay prueba alguna de que los desaparecidos hayan sido 30.000. No insistan.

9_La obra del gobierno de Alfonsín no se limitó a la Conadep o el Juicio a las Juntas. A él le debemos también la creación del Banco Nacional de Datos Genéticos y dentro de las criticables leyes del perdón (aunque comprensibles en su debido contexto) el artículo 5 de la ley 34.92 (Punto Final) y el 2 de la ley 23.521 (Obediencia Debida) dejaba la puerta abierta para que continuasen sin límite de tiempo juicios por sustracción de menores.

10_La obra del gobierno de Menem no puede agotarse en los indultos, los cuales también incluyeron a líderes guerrilleros. También fue quien promovió las indemnizaciones para familiares de desaparecidos y bajo su gobierno se incorporaron al sistema legal argentino la Convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los crímenes de lesa humanidad y la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas en 1995. A esta última, en 1997, se le otorgó jerarquía constitucional.

11_El gobierno kirchnerista contó en su Gabinete con Alicia Kirchner que fuera funcionaria del gobierno de la dictadura en Santa Cruz, Carlos Tomada que fue delegado ante la OIT nombrado por Videla o Hector Timerman que fue director del diario La Tarde que hacía apología del golpe. Además de apoyar al general César Milani acusado de violaciones a los DDHH, hubo otros militantes kirchneristas con pasado procesista como Raúl Eugenio Zaffaroni que rechazó habeas corpus y escribió un manual de Derecho Penal Militar justificando la pena de muerte, u Horacio Verbitsky, ex-montonero devenido durante la dictadura en escritor protegido por la Fuerza Aérea.

miércoles, 23 de marzo de 2016

El 24 de marzo no debería ser feriado

Basta de que el 24 de marzo sea un feriado. No tiene sentido. Es grosero. Es inmoral. Es injusto. Reabre viejas heridas.

Nuestros otros feriados patrióticos conmemora hechos grandiosos (25 de mayo, 9 de julio, 20 de noviembre) o a personas que hicieron grande a este país (20 de junio, 17 de agosto). El 24 de marzo, junto con el 2 de abril, conmemoran tragedias, hechos dolorosos que aún hoy repercuten.

¿Cómo es posible que en un día donde se recuerda la muerte, la tortura, la desaparición forzada, el robo de bebés, etc. haya gente yendo a vacacionar a la costa? ¿Tiene alguna seriedad que en la fecha donde se recuerda un delirio nacionalista que se cobró la vida de centenares de jóvenes los boliches ofrezcan promociones? Es una grosería desde todo punto de vista y una falta de respeto. No hay nada que festejar.

¿Quién conmemoraba el 24 de marzo? Los golpistas, que entre 1977 y 1983 usaban esa fecha para recordar el inicio de su "proceso", mediante misas, desfiles y propagandas en los medios. A 40 años del golpe seguimos conmemorando esa fecha. De tal manera, Videla, Massera y los que vinieron después nos legaron una fecha patria. Triste.

También es injusto. Nuestro país contó en el siglo XX con 6 interrupciones al orden democrático, siendo la de 1976 la última y la más larga. Nadie duda de que la dictadura inaugurada ese día fue la más sangrienta de todas, por lejos la que provocó más muertes, que inauguró auténtico estado de terror y convirtió a la desaparición en práctica sistemática. Pero no se puede borrar el resto del siglo XX. Tanto las víctimas de la dictadura filo-fascista de Uriburu, los fusilados por el gobierno de Aramburu o las víctimas de la represión militar por Onganía o Lanusse, entre tantas otras, merecen recordarse. Pero aún si ninguna de nuestras dictaduras hubiera provocado muertes la interrupción al orden democrático era el delito de origen. Focalizar en la persecución o la muerte es tapar el sol con un dedo. En otras palabras, no hay duda de que debemos recordar a las víctimas, pero no podemos dejar de recordar que la toma ilegítima del poder y la violación a la Constitución constituyen algo gravísimo, que jamás debe repetirse. Si no se tiene en claro el concepto de golpe de Estado y solo se cae en el aspecto material de la tragedia como sociedad habremos progresado poco.

Por otro lado, aún limitándonos a la última dictadura, es injusto también recordar solo esa fecha. No hace justicia a las víctimas del terrorismo estatal y para-estatal que tuvo lugar durante los gobiernos peronistas, lo cual es mucho más grave, por haberse llevado a cabo bajo el Estado de derecho. Limitar a las víctimas de la desaparición o el robo de bebés posteriores al 24 de marzo no hace justicia a la verdad histórica.

Por último, recordar al golpe reabre viejas heridas. Recordar a las víctimas del terrorismo estatal ignora recordar a las víctimas de organizaciones armadas. Nadie me malinterprete: No estoy diciendo que el terrorismo de la dictadura haya sido una "guerra" o que hayan sido dos demonios. Digo que la década del '70 fue muy dolorosa para los argentinos. hubo mucha gente que murió. Y hubo mucha gente inocente, muchos civiles (niños incluso) que murieron por las acciones terroristas subversivas. Estas organizaciones debieron haber sido combatidas bajo el amparo de la ley y la constitución, cosa que no se cumplió. Por eso es que recordar solo a las víctimas del terrorismo de Estado de la dictadura implica establecer una superioridad de ciertas víctimas sobre otras, que no es tal, porque toda muerte es una desgracia, hayan sido responsabilidad del estado, de fuerzas paramilitares o de agrupaciones subversivas. Y lo que es peor, muchos usan estas fechas para reivindicar a esas organizaciones terroristas.

Entonces ¿debe haber algún feriado? Si ¿por qué no recordar el 10 de diciembre? Esa fecha fue trascendental, porque además de coincidir con el Día Internacional de los Derechos Humanos fue el día que se volvió a la democracia para siempre. Eso si es algo para celebrar y para recordar con felicidad. Es motivo de festejo. Fue la fecha en que la violencia y la fuerza se rechazó como política válida para siempre e inauguró un largo período de democracia que, con sus vaivenes, sigue firme.

Antes que recordar a Videla diciendo que los muertos no están ni muertos ni vivos o a Galtieri llamando a los ingleses al combate ¿no sería mejor recordar y festejar la asunción de Alfonsín, a Sábato presidiendo la Conadep o a Strassera diciendo "señores jueces, nunca más"? ¿por qué seguimos festejando un golpe triunfante y no su derrota definitiva?