viernes, 28 de octubre de 2016

El innecesario debate por el voto electrónico

 Luego de su paso por Cámara de Diputados todo parecía ir perfecto para el oficialismo en su intento por implantar el voto electrónico, maliciosamente llamado "boleta única electrónica". Consistía básicamente en que la gente elegía su voto mediante la pantalla táctil de una computadora conectada a una impresora, la cual emitía el voto en una boleta que contaba con un microchip. La misma máquina servía para leer los microchips, de tal manera que el conteo era bastante rápido. Este mecanismo fue usado en la CABA el año pasado, previa experiencia en Salta.

 Debido a las enormes y justificadas críticas que este sistema generó (por ejemplo, el hecho de que los chips puedan leerse a distancia, puedan cambiarse o incluso que puedan quemarse, además de facilitar la compra de votos por medio de celulares) todo indica que en el Senado el proyecto sufrirá cambios. Las boletas no contarán ya con esos microchips, por lo que las boletas serán simplemente papeles comunes y ordinarios y el conteo será totalmente manual. Para agilizarlo se piensa agregar en vez del microchip un código QR.

 Es una buena noticia... o no tanto. Sin duda que un sistema de este tipo es mucho menos riesgoso y seguro que un chip implantado, y sin duda que disminuye mucho el clientelismo. Pero no se aleja el peligro mayor: La emisión del voto por medio de una máquina.

 Como siempre digo, sería necesario que cada votante audite su máquina al momento de votar para asegurarse que efectivamente no tenga ningún programa o dispositivo que sirva para registrar la identidad del votante. Y eso, además de ser imposible, también es engañoso, puesto que no todas las personas (y diría la mayor parte del electorado) tienen los conocimientos necesarios para eso. Si a eso se le agrega que este proyecto de reforma política pena con la cárcel a quienes realicen auditorías independientes el peligro es todavía mayor.

 En pocas palabras, siempre que entre el votante y la emisión de su voto haya una máquina intermedia existe riesgo de que el secreto del voto se vulnere.

 Por eso es que este debate es completamente inútil. Cualquier sistema de voto electrónico tendrá el mismo problema, y en vez de solucionarse los problemas del voto tradicional se van a complejizar y modernizar.

 El debate debería ser por la implementación del sistema elegido por la mayor parte de las democracias del mundo, elegida también en algunas provincias: El voto por medio de una boleta única de papel. Este método elimina la posibilidad de robo de boletas y asegura el secreto del voto. Puede ser vulnerado, es cierto, pero todos lo sistemas tienen sus debilidades. Se trata de buscar el menos malo. Y sin duda que este sistema es más apropiado. Después de todo no es voto electrónico con impresión de boletas con QR, el sistema usado en Venezuela.

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