miércoles, 16 de diciembre de 2015

Balance de la primera semana de Macri

 Hace apenas una semana Federico Pinedo Mauricio Macri asumía la presidencia de la Nación. Existía una gran expectativa al respecto, por tratarse de un cambio total de signo político y la primera vez en mucho tiempo que asumía un gobierno de corte política diferente.

 Finalmente, luego de siete días, este es mi balance de su gestión. Claro que una semana no es parámetro de nada, pero sirve para ya ir marcando algunas líneas. Además esta semana fue bastante movida.

Lo positivo
 Fundamentalmente las políticas económicas. La eliminación de las retenciones, la quita de restricciones para el mercado externo y, fundamentalmente, la salida del cepo cambiario son medidas muy positivas para revitalizar la economía y darle más impulso a los mercados. Veníamos de una década en donde imperó la lógica que el Estado debía manejar todo y regular todo. Las consecuencias están a la vista.
 Claro que esto no es una solución en sí misma y que estas medidas serán acompañas de una devaluación y de ajustes. Sin embargo, lo que se debe reconocer es que finalmente se terminó con una situación económica asfixiante. Es la salida del 1 a 1, que debió haber sido mucho antes del 2002, que cuando ocurrió tuvo resultados negativos pero que después empezó a ser positiva. A diferencia de aquel entonces, el país no está en una situación tan negativa, por lo que es de esperar que las consecuencias no sean tan malas.
 Otra cosa que quiero rescatar es la declaración de emergencia eléctrica. El estado de las empresas proveedoras (casi quebradas y con facturas subsidiadas a precios ridículos) es lamentable y urgía una intervención por parte del Estado. Espero que esto se traduzca en una mejora del servicio, con el ajuste tarifario y la inversión necesaria.

Lo negativo
 Sin duda la grotesca intervención del Poder Ejecutivo en otros poderes. Por un lado, el decreto que le quitaba autarquía al AFSCA incluyéndolo en el Ministerio de Comunicaciones, que modificaba por DNU una ley votada por el Parlamento. Por otro, el escandaloso nombramiento de dos jueces para la Corte Suprema. Si bien aparentemente es constitucional (aunque tengo mis reservas sobre el artículo 119 inc. 19 de la CN, para mí un juez no es un "empleado", y mucho menos un ministro de la Corte, que necesita 2/3 del Senado para su nombramiento), me opuse y me seguiré oponiendo a esta medida, que representa un retroceso y hace bastante mal a la independencia de los poderes, uno de los motivos que motivó mi voto a Macri.
 Por lo tanto considero que el hecho de tratarse de jueces independientes con gran trayectoria, el acuerdo con la Corte para aplazar las asunciones hasta febrero y el hecho de permitir que el Senado discuta su nombramiento (y que no queden nombrados hasta el 30/11) son hechos positivos. Pero estos decretos son motivo de preocupación para quienes consideramos que la división de poderes debe ser un pilar fundamental de la política (y no me refiero a los kirchneristas hipócritas que recién ahora descubrieron la Constitución) y espero que hayan sido excepcionales.

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