martes, 8 de diciembre de 2015

Requiem para el proyecto (y para la Emperatriz)

 Aquí yace un proyecto político transformador que se abusó de la buena fe de miles de argentinos. Que convirtió a gente joven que podía ser útil en militantes lobotomizados capaz de dejar que violen a una de sus hijas por "el proyecto". Que le dio planes y subsidios a los pobres pero nunca les dio la oportunidad de progresar, alimentando un círculo vicioso de asistencia estatal. Que tenía todo para convertir al país en una potencia y lo convirtió en uno de los países con mayor inflación y menor libertad económica del mundo. El proyecto que nos vino a desendeudar a costa de aumentar la deuda interna, desfinanciando a todos los organismos estatales. El proyecto que nos mintió con los índices de inflación y nos ocultó los índices de pobreza. El proyecto que nos hablaba de federalismo mientras le robaba recursos a las Provincias y mientras gastaba miles de millones para subsidiar a las clases medias de Capital y el Conurbano.

 Aquí yace el proyecto que nos quiso alejar del imperialismo, aunque vetó leyes a pedido de la Barrick Gold y sacó decretos a pedido de Chevron y Monsanto. Quiso alejarnos de las potencias y nos alió con regímenes totalitarios como Irán, Cuba, China o Angola, democracias autoritarias como Rusia o Venezuela.

 El proyecto que nos quiso hacer creer que tenemos menos pobres que Alemania, mientras en las provincias olvidadas del Norte morían por desnutrición o enfermedades curables niños pobres. Ese proyecto que quería pluralizar voces, mientras beneficiaba con jugosas pautas multimillonarias a periodistas y empresarios mediáticos amigos. El proyecto de redistribución, que hizo que legisladores o funcionarios asuman cargos sin donde caer muertos y terminen con yates, countries y aviones privados. El proyecto que decía que la inseguridad era una "sensación", que no dejaba comprar dólares libremente pero que el cepo al dólar no existía y que no había que decir cuantos pobres había porque era "estigmatizarlos".

 Este fue el proyecto que le abrió las fronteras a los carteles para que envenenen con drogas a los jóvenes (ricos y pobres). Que fue capaz de darle la jefatura del ejército a un ex-represor con tal de manejar los servicios de inteligencia. Que dijo que no iba a reprimir la protesta social, porque prefería espiar organizaciones opositoras o desalojar esas protestas con barras bravas o patotas armadas. Que dijo que iba a renovar la política y terminó aliándose a los peores sindicalistas, gobernadores, intendentes y punteros. Que cuestionaba a Colón mientras en el Interior perseguían y torturaban indígenas y campesinos. Que recuperó las empresas estatales después de dejar durante años que las usen para hacer negociados los empresarios amigos. Que implementó políticas ferroviarias recién después de que murieran 52 personas.

 Termina el proyecto que nunca entendió de que se trata la república y la división de poderes. Que entendía que el Congreso era una escribanía donde todo se aprobaba a libro cerrado por orden de "la jefa". Que entendía que la justicia tenía que serle adicta y donde al juez o fiscal que osara investigar al poder había que despedirlo o perseguirlo. Que entendía que el Ministerio Público no tenía que ser extrapoder, sino dependiente del Poder Ejecutivo. Que entendía que los organismos de control tenían que encubrir a los poderosos y no controlarlos.

 El proyecto que engendró empresarios amigos enriquecidos, casos de corrupción escandalosos, concentración económica en pocas manos, funcionarios públicos multimillonarios, provincias pobres, una situación económica complicada (pocas reservas, alta inflación, déficit enorme, recesión, economías regionales en ruinas), personalismo mesiánico (ponerle Néstor Kirchner a todo), inseguridad, educación en crisis, falta de estadísticas oficiales, campañas sucias contra opositores, fanatismo cuasi-religioso... y a eso muchos le llamaban "proyecto nacional y popular", de "redistribución", de "inclusión". Me olvidaba: Este proyecto engendró la triste situación de un fiscal que denuncia a la Presidenta y a los pocos días horas aparece muerto.

 Como sea, ya se terminó.

 Y la Emperatriz que quería ser eterna no será eterna. A partir del 11 será una ciudadana más. Ya no tendrá a mano el Tango 01 para viajar de acá para allá. Ya no tendrá la cadena nacional para hablar en todos los medios para anunciar cosas tan relevantes como un show de stand-up o la inauguración de una canilla. Ya no tendrá a su disposición el patio de la Rosada para arengar a sus soldados. Ya no podrá convertir al poder en una religión como cuando juró por Dios, por la Patria y por su esposo muerto. Ya no podrá convertir al Gobierno en una empresa familiar, como cuando se hizo poner la banda presidencial por su hija o llenó los cargos públicos con amigos íntimos de su hijo.

 Tendrá sus millones, tendrá sus hoteles, tendrá sus terrenos, tendrá su departamento en Recoleta. Pero ya no tendrá el poder. Por más que no quiera entregar la banda o el bastón, por más que ponga excusas de golpes de Estado inexistentes para no ir al Congreso. Ya no tendrá el poder.

 Tanto ella como sus seguidores pasarán a la oposición. Algunos dicen que van a resistir, porque de democracia no saben nada y creen que se trata de una guerra. Otros ya están buscando acomodarse con el próximo líder del peronismo, sea quien sea.

 Pero EL PROYECTO MURIÓ. Ya no existe. ¿Hizo cosas buenas? Quizás. ¿Hizo cosas malas? Muchas. ¿Cómo se lo recordará? Eso lo verán las futuras generaciones.

 Pero ya está. Se terminó.

 Gracias por los servicios prestados. Pero no vuelvan más. Vayan directo a la cloaca de la Historia y no vuelvan. Lo repito: EL PROYECTO MURIÓ

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