viernes, 10 de junio de 2016

6 meses de Macri presidente: Luces y sombras

 Hace 6 meses asumía Mauricio Macri. A partir de allí empezaba una etapa novedosa en la Argentina: Un gobierno no peronista llegaba al poder por el voto desde hacía 16 años. Recibía un país en una situación delicada, con números en rojo, default, inflación record, atraso cambiario y sin cifras oficiales. La expectativa era muy grande. Y seis meses después las expectativas se fueron desinflando ante el peso de la realidad.

 Hubo buenas medidas, como salir del cepo, abrir las importaciones, bajar retenciones a los productores agrarios, la ley de reparación histórica hacia los jubilados y el que quizás sea su mayor acierto: el acuerdo con los hold-out. También fue una excelente medida el veto a la ley "anti-despidos". Quizás el mejor logro de estos años fue la recuperación del debate parlamentario, hoy en día se puede ver con respecto a la ley de blanqueo, en donde ya hay abundantes cambio en el proyecto original.

 Dentro de las medidas negativas se encuentran la quita de retenciones a las multinacionales mineras y el tarifazo salvaje en los servicios, el cual estaba justificado pero fue pésimamente ejecutado. En ese sentido también se puede rescatar la actitud del Gobierno mediante sus ministros, los cuales no tienen problemas en admitir sus errores (aunque ya van varios errores, y groseros).

 Pero más allá de las medidas puntuales conforme fue avanzando este modelo fue demostrando algunos límites. Prometió una lluvia de inversiones que no llegó. Prometió un segundo semestre que cada vez parece más idílico. Y promete también una inflación de un dígito cuando todo parece indicar que no será así.

 Este Gobierno podría haber ido con la verdad, haber admitido que recibió un país en condiciones muy complicadas y que antes que pensar en como crecer había que pensar en como arreglar los problemas. Pero le ganó la política y la demagogia. Y los arreglos y ajustes no fueron tales.

 Se quitaron subsidios, pero se hizo de manera tan improvisado que están dando marcha atrás. Salieron del cepo y blanquearon la situación de atraso cambiario del Gobierno anterior, pero nuestra moneda sigue artificialmente sostenida. Prometieron bajar o eliminar ganancias, pero lo hicieron de una forma limitada y con condicionantes, lo mismo con la exención del IVA. No van a modificar el monotributo. Criticaron el blanqueo de 2013 y este año harán otro blanqueo. Sigue Precios Cuidados, sigue el Fútbol Para Todos. Prometieron ley del arrepentido, pero no podrá ser. En momentos en donde la situación del país es delicada el Gobierno no deja de prometer obra pública (dicho sea de paso, este solo hecho alcanza para desasnar  todos aquellos que dicen que el macrismo es "liberal"). Dijeron que iban a llover inversiones, pero todavía no está ni nublado. Dijeron que iban a bajar el gasto público, pero el gasto de la gestión anterior prácticamente se mantiene (el número de despidos, teniendo en consideración la cantidad total de empleados públicos, es insignificante, y encima en muchos casos colocaron gente). Se dirá que muchos temas impositivos no pueden modificarse porque de tal manera el Estado quedaría sin plata, pero justamente para eso se tendría que haber diseñado un plan de baja gradual del gasto público y baja de impuestos, cosa que evidentemente no ocurrió, ya que hasta ahora todo parece haber sido improvisado. También dijeron que iban a bajar los impuestos, pero resulta que lo harán, contra toda lógica y sentido común, cuando la economía crezca.

 ¿Las cosas van a mejorar? Probablemente si, la inflación quizás baje (eso muestran las medidoras, además), la tasa de interés quizás baje como ya lo viene haciendo gradualmente, el precio de la soja viene subiendo y quizás vengan algunas inversiones. Probablemente las medidas decididas a reactivar el consumo surtan efecto.

 Pero habrá algo que no va a cambiar: El populismo. Y el macrismo, a pesar de llamarse a sí mismo "la nueva político" cayó en las garras del mismo. Prometió el cielo, no lo pudo cumplir (aunque esto no sea el infierno como muchos quisieran). Entonces la meta ahora es acelerar consumo y subir el gasto público. Le seguirá financiarse mediante emisión (causando inflación) o endeudamiento (causando atraso cambiario y estancamiento). Y así las cosas el Estado gigante e ineficiente que se devora a los trabajadores, los autónomos, los monotributistas y las pymes seguirá creciendo.

 Una lástima. La Argentina tuvo una oportunidad histórica para terminar con su ciclo de decadencia. El Gobierno tenía el apoyo de todos los ciudadanos y de la mayor parte del espectro político para consensuar una salida del trauma que fuera lo menos traumático posible y que tuviera como fin último terminar con el derroche de fondos que nos llevó al déficit actual. Un plan para solucionar el pasado, el presente y el futuro.

 Pero nuevamente lo que ganó fue la mala política. La de la demagogia y el populismo.

 A 6 meses el balance es más negativo que positivo. Se heredó una situación difícil y se trabajó con niveles de improvisación muy grandes. Y las perspectivas no parecen ser mejores, no porque el país no vaya a mejorar, sino porque no va a cambiar.

 Mi consuelo es pensar que si ganaba Scioli todo sería peor y estaríamos cerca de ser Venezuela. Y lo sostengo, y por eso no me arrepiento de votar a Macri. Pero ese cheque en blanco está a punto de terminarse.

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