lunes, 14 de septiembre de 2015

El lado positivo del escándalo Niembro

 Terrible cisne negro apareció en la campaña. El escándalo por las contrataciones de Niembro apareció en el escenario político y las campañas se tiñeron de un clima de permanente denuncia.

 El oficialismo, que lleva como candidatos diputados a Julio De Vido (presente en prácticamente todos los escándalos de corrupción de estos últimos doce años) o Máximo Kirchner (imputado por Hotesur) o como candidato a Gobernador a Aníbal Fernández (que todavía tiene que explicar su vinculación con la mafia de la efedrina), cree tener autoridad moral para señalar con el dedo a Macri. Y del otro lado, desde el macrismo, van a la defensiva, agitando el fantasma de la “campaña sucia” sin explicar nada. Dejan que las denuncias en su contra se acumulen. A pesar de que referentes del periodismo como Lanata o Longobardi hayan expresado sus dudas con el tema e incluso le hayan pedido la renuncia a su candidatura al periodista deportivo, el macrismo sigue defendiendo (aunque es indefendible) a Niembro.

 Si esto va a influir en las elecciones de octubre o no se verá con el tiempo. Pero considero que hay algo positivo en todo esto. Y para esto quiero remitirme al 2003.

 Cuando Kirchner sale segundo en las presidenciales todo conducía a una victoria aplastante en la segunda vuelta. Esas fueron las razones de la renuncia de Menem. Pero en ese momento a nadie le preocupaba quién era Kirchner, que había hecho o que habían hecho sus candidatos. La urgencia de sepultar políticamente al menemismo fue más urgente –valga la redundancia– que el deber ciudadano de investigar a sus candidatos.

 En este caso estamos ante un escenario parecido. La urgencia de terminar por el kirchnerismo lleva a una gran parte del electorado a votar por Macri. Una decisión que por cierto es respetable.

 Pero así como la intención es darle el poder a Macri para sacar al kirchnerismo del poder también eso supone una gran responsabilidad en la ciudadanía. Si ya se saben estos negociados del macrismo es entonces necesario exigirles mayor transparencia y, en caso que lleguen al poder, controlarlos más de cerca. Si dicen ser el cambio entonces que lo demuestren.

 Que a pocas semanas de la elección este dato salga a la luz (aunque no es ni por asomo el único caso) probablemente influya en las encuestas, si bien en lo personal pienso que no (si el menemismo con toda la corrupción que se sabía fue reelecto en el 95 o Cristina fue reelecta en el 2011). Pero más allá de eso sirve para no endiosar a Macri ni darle un cheque en blanco. Para prestar atención a la hora de votar y una vez que haya ganado, si es que gana, a cuáles serán sus pasos. No darle la misma vía libre que se le dio al kirchnerismo ignorando sus falencias.

 Aprender, de una vez, que la democracia no es sólo elegir gobernantes, sino exigirles que rindan cuentas a sus juramentos. Lo mismo que deberían estar haciendo los porteños ahora. Y lo mismo que debería estar haciendo Macri y su gente ahora: Dando explicaciones y pidiendo renuncias a quienes corresponda para demostrar que realmente quieren cambiar algo.


ACTUALIZACIÓN 17/09: Finalmente Niembro renunció, al igual que lo había hecho su socio Mezza hace unos días. Esperemos que esto no quede en la nada.

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