miércoles, 23 de noviembre de 2016

Los liberales y la "obsesión con el gasto público"

 ¿Cuantas veces quienes nos definimos como liberales debemos escuchar la misma crítica? Que supuestamente nosotros estamos obsesionados con el gasto púbico y el déficit. Bastante parecido a lo que dijo Máximo Kirchner hace unos meses, que pedía que los números cerraran "con la gente adentro". Piensan que los liberales somos monstruos que queremos que el Estado no gaste en la gente.

 Grave error. Si no queremos un aumento del gasto público es porque, precisamente, pensamos en la gente.

 Antes de preocuparse por lo que el Estado hay gasta hay que preguntarse de dónde obtiene esos fondos. Es claro: En su gran mayoría de los impuestos. Desde el más pequeño indirecto al más grande directo, todo va a parar al Estado, sea nacional, provincial o municipal.

 Parece una perogrullada, pero es necesario aclarar que para tener más gasto se necesitan más fondos. Y para tener más fondos aumentan los impuestos (ya sea porque lo pagan más personas o porque los que pagan deben pagar más). Y si aumentan los impuestos las consecuencias llevan a que la gente tenga menos plata, a que las empresas no puedan crecer y que, en última instancia, todos se vean perjudicados.

 Las otras maneras de financiarse son con emisión, provocando inflación, y con deuda, que tarde o temprano habrá que pagar, comprometiendo las finanzas públicas. Siempre es pan para hoy y hambre para mañana.

 Queda claro entonces que nadie ve la otra cara del gasto público: La recaudación. Y nadie toma en cuenta que al recaudar excesivamente los efectos son negativos. Pero entonces ¿no se puede diseñar entonces un sistema de impuestos para solventar el gasto necesario?

 En ese caso la pregunta que hay que hacerse es ¿cuál es el gasto necesario? Sin duda que los siguientes ítems NO lo son:

_Empresas deficitarias que son más ineficientes que sus competidoras pero que gracias a ser estatales cuentan con ventajas desleales.

_Planes sociales que se entregan sin ningún tipo de control y que terminan reemplazando el trabajo genuino.

_Pauta publicitaria para medios de comunicación.

_Secretarías, subsecretarías, direcciones, agencias, etc. completamente inútiles.


 Si estas cosas no existieran o estuvieran bien reguladas (caso de los planes sociales) harían falta menos impuestos. Y con menos impuestos el Estado podría organizar mejor sus finanzas, cumplir mejor sus funciones y, por otro lado, el pueblo tendría más dinero y más oportunidades para el progreso. Finalmente, la casta política tendría menos dinero para enriquecerse.

 Recientemente en el debate por las modificaciones por el impuesto a las ganancias vemos que de un lado el Gobierno quiere apenas subir el MNI y eliminar deducciones, olvidando su promesa de campaña. Y por el otro, el FR quiere aumentar considerablemente el MNI y reemplazar esos fondos con diversos impuestos (minería, renta financiera, juego). En ambos casos la recaudación no se discute, ningún proyecto plantea bajar el gasto.

 Todo lo que se dijo en esta nota es básico y hasta puede resultar bochornoso tener que decirlo de forma explícita. Es sencillamente una introducción, liberalismo para principiantes.