sábado, 26 de diciembre de 2015

La intervención en el AFSCA y el AFTIC: Límites de legalidad

Vamos a analizar los hechos más recientes con respecto a

1) ¿La intervención es legal?
 Estrictamente, ateniéndonos al texto constitucional, si. El artículo 99 inciso 7 de la Constitución es claro:

Artículo 99.- El Presidente de la Nación tiene las siguientes atribuciones: 
1. Es el jefe supremo de la Nación, jefe del gobierno y responsable político de la administración general del país.[...] 
7. Nombra y remueve a los embajadores, ministros plenipotenciarios y encargados de negocios con acuerdo del Senado; por sí solo nombra y remueve al jefe de gabinete de ministros y a los demás ministros del despacho, los oficiales de su secretaría, los agentes consulares y los empleados cuyo nombramiento no está reglado de otra forma por esta Constitución.

 Podrá argumentarse que a ser el AFSCA y el AFTIC organismos autárquicos quedan exceptuados de esto, ya que ambos tienen sus respectivos reglamentos internos para remover a sus directorios. Sin embargo, eso pondría a esas leyes por encima de la Constitución. Lo cierto es que el Presidente tiene plena potestad para sacar a los directores de ambos entes.

2) ¿La intervención es conveniente?
 En lo personal pienso que no. Teniendo antecedentes funestos como el nombramiento de los dos jueces en comisión, el Gobierno debería manejarse con sumo cuidado, teniendo en cuenta para su construcción de poder a la opinión púbica y a la oposición kirchnerista.
 Como ya se dijo, tanto la ley de medios como la ley de telecomunicaciones tienen sus respectivos mecanismos de remoción de directorios de sus autoridades de aplicación. El Gobierno debió recurrir a ellos, ya que la gestión de Sabbatella ha tenido muchos baches e incluso tiene denuncias en contra.  Como la remoción por esa vía podría resultar improbable, la intervención por decreto debió aparecer como último recurso y no como primera instancia. Nuevamente se observa en el gobierno macrista una urgencia (a mi entender injustificada) que puede acarrear costos políticos.

3) ¿Cómo sigue el AFSCA y el AFTIC?
 Este decreto solo cambia el directorio de los organismos, pero no modifica sustancialmente las leyes. En cambio, el decreto 13/2015 si supone un cambio en la ley. Mientra que la ley de medios actual (y su predecesora) establecían como autoridad de aplicación (antes el COMFER, ahora el AFSCA) a organismos autárquicos presuntamente independientes (si bien en el primer caso estuvo constantemente intervenido y en el segundo su titular, Sabbatella, carecía de independencia), el decreto coloca tanto a la AFSCA como a la AFTIC bajo la órbita directa del Ministerio de Comunicaciones, es decir, del poder central, dejando de ser organismos descentralizados.
 Si bien la autarquía per sé no implica independencia total (como ya se dijo), el hecho de incorporarlos a la administración central, ya que incluso muchas de sus funciones quedan bajo la órbita del Ministerio de Comunicación, le quitan independencia. En otras palabras, era conveniente que ambos organismos siguieran siendo autárquicos e independientes de la administración central para preservar justamente esa independencia.
 Al mismo tiempo, al tratarse de leyes sobre aspectos tan importantes y con tantos intereses en juego, era menester tratarlas en el Congreso. Aunque Macri y Aguad digan que las leyes no se tocan, lo cierto es que si las están modificando por decreto. Y ni siquiera las modifica abiertamente, sino de forma encubierta (esto es, no dice "quede modificado el artículo X de la ley Y").
 Este antecedente, al igual que la designación de los jueces, es preocupante. Demuestra que el Gobierno en su ansia por acabar con la herencia kirchnerista está dispuesto a actuar por decreto. Si bien en la mayor parte de los casos lo hace dentro de las leyes (aunque yo dudo que la designación de miembros de la Corte esté dentro de la Constitución), el hecho de no recurrir al Congreso en sesiones extraordinarias se choca de frente con las pretensiones de democracia y republicanismo de las que Cambiemos hacía gala durante la campaña.

4) ¿Qué conclusiones se pueden sacar?
 Que Macri no debe excederse en el usos de sus atribuciones y que debe ser más astuto para percibir que, luego de años de decretos compulsivos (Néstor) y Congreso escribanía (Cristina) la sociedad está buscando que haya más consenso y debate parlamentario. Esto no implica aceptar las hipócritas criticas del kirchnerismo, que se cansaron de violar la Constitución durante estos últimos años. Implica tener una forma racional y crítica de contemplar a la política y señalar los errores. Los jueces en comisión estuvo mal (y estuvo bien su aplazamiento), la modificación de las leyes de medios y de telecomunicaciones estuvo mal, y el desplazamiento de Sabbatella fue legal, pero innecesario en sus formas.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Balance de la primera semana de Macri

 Hace apenas una semana Federico Pinedo Mauricio Macri asumía la presidencia de la Nación. Existía una gran expectativa al respecto, por tratarse de un cambio total de signo político y la primera vez en mucho tiempo que asumía un gobierno de corte política diferente.

 Finalmente, luego de siete días, este es mi balance de su gestión. Claro que una semana no es parámetro de nada, pero sirve para ya ir marcando algunas líneas. Además esta semana fue bastante movida.

Lo positivo
 Fundamentalmente las políticas económicas. La eliminación de las retenciones, la quita de restricciones para el mercado externo y, fundamentalmente, la salida del cepo cambiario son medidas muy positivas para revitalizar la economía y darle más impulso a los mercados. Veníamos de una década en donde imperó la lógica que el Estado debía manejar todo y regular todo. Las consecuencias están a la vista.
 Claro que esto no es una solución en sí misma y que estas medidas serán acompañas de una devaluación y de ajustes. Sin embargo, lo que se debe reconocer es que finalmente se terminó con una situación económica asfixiante. Es la salida del 1 a 1, que debió haber sido mucho antes del 2002, que cuando ocurrió tuvo resultados negativos pero que después empezó a ser positiva. A diferencia de aquel entonces, el país no está en una situación tan negativa, por lo que es de esperar que las consecuencias no sean tan malas.
 Otra cosa que quiero rescatar es la declaración de emergencia eléctrica. El estado de las empresas proveedoras (casi quebradas y con facturas subsidiadas a precios ridículos) es lamentable y urgía una intervención por parte del Estado. Espero que esto se traduzca en una mejora del servicio, con el ajuste tarifario y la inversión necesaria.

Lo negativo
 Sin duda la grotesca intervención del Poder Ejecutivo en otros poderes. Por un lado, el decreto que le quitaba autarquía al AFSCA incluyéndolo en el Ministerio de Comunicaciones, que modificaba por DNU una ley votada por el Parlamento. Por otro, el escandaloso nombramiento de dos jueces para la Corte Suprema. Si bien aparentemente es constitucional (aunque tengo mis reservas sobre el artículo 119 inc. 19 de la CN, para mí un juez no es un "empleado", y mucho menos un ministro de la Corte, que necesita 2/3 del Senado para su nombramiento), me opuse y me seguiré oponiendo a esta medida, que representa un retroceso y hace bastante mal a la independencia de los poderes, uno de los motivos que motivó mi voto a Macri.
 Por lo tanto considero que el hecho de tratarse de jueces independientes con gran trayectoria, el acuerdo con la Corte para aplazar las asunciones hasta febrero y el hecho de permitir que el Senado discuta su nombramiento (y que no queden nombrados hasta el 30/11) son hechos positivos. Pero estos decretos son motivo de preocupación para quienes consideramos que la división de poderes debe ser un pilar fundamental de la política (y no me refiero a los kirchneristas hipócritas que recién ahora descubrieron la Constitución) y espero que hayan sido excepcionales.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Carta abierta al Presidente Macri

Buenos días señor Presidente. Yo no pertenezco al PRO, ni a la UCR, ni a la CC, ni al "macrismo". No soy un militante de Cambiemos. Soy un ciudadano independiente pero que sin embargo votó por usted en octubre y en noviembre. Lo voté convencido de que era necesario terminar de una vez con los atropellos y la falta de república que caracterizó a la gestión anterior.

Festejé el momento en que supe su victoria en la segunda vuelta. Festejé también la llegada de las 00:00 del 10 de diciembre, sabiendo que ya había terminado la pesadilla. Y verlo en su discurso inicial, saludando a quienes fueron sus rivales y sin gritar, ni agredir ni insultar fue muy emocionante. Creí que volvimos a ser un país normal y republicano.

Pero no por eso voy a callarme ni a hacer oídos sordos. Por haberlo votado sin ser yo de su corriente política creo tener derecho a exigirle que cumpla con ciertas cosas para saber que mi voto no fue en vano y que me convenza. Saber que usted no solo vino a terminar con el kirchnerismo.

No como vidrio y sé perfectamente de las reglas políticas y de las promesas que suelen hacerse en campaña. Pero aún así le quiero comunicar una serie de cosas que espero que usted cumpla.

_Más allá de los fallos de la Corte quiero pedirle que cumpla fielmente con una vieja deuda que tiene este país: Dejar de lado el matriz unitario y empezar a trabajar en un país federal, en donde todas las provincias estén integradas y tengan derecho a contar con sus riquezas sin que el Estado central se los confisque y sin que se recompense o se castigue a la provincia según el gobernador.

_Quisiera que tras una década en donde la droga encontró en la Argentina un paraíso para a distribución y la producción haya un Estado dispuesto a combatir el narcotráfico, persiguiendo a los que trafican y matan, ayudando a los que consumen a salir de su enfermedad.

_No quiero que los cargos públicos sean para gente que no es idónea. No quiero ministerios o secretarías en manos de militantes juveniles sin experiencia o familiares. No quiero que el Estado se convierta en una agencia de empleo otra vez.

_No quiero que desde el Gobierno nos mientan diciéndonos que estamos mejor que Alemania, no quiero no saber cuantos pobres hay ni quiero que se rían en mi cara dando índices de precios falsos. Quiero algo tan sencillo y básico como transparencia.

_Como dijo en su discurso, quiero que no haya corrupción, ni de funcionarios ni de empresarios amigos. No quiero que el Estado siga siendo una cueva de ladrones. Sepa señor Presidente que voy a estar alerta y ante el primer atisbo voy a denunciarlo desde mi humilde lugar. No es una amenaza, solamente quiero recordarle que voy a ser un ciudadano responsable que vigilará a sus autoridades.

_Remitiéndome otra vez a su discurso, le pido que deje de haber "justicia opositora" o "justicia oficialista" para el lado que sea. Que la justicia sea justicia, que sea ciega, equitativa, que se deje trabajar a los jueces o fiscales responsables y se sancione a los irresponsables.

_Una de sus promesas fue la atracción de inversiones extranjeras. Confío en que así será, pero le pido que esas inversiones no firmen tratados secretos, que no se sancionen o veten leyes o decretos sólo para esas empresas, que esas inversiones sean realmente beneficiosas para el países, generando riqueza que se quede en el país, dando trabajo y no contaminen. Queremos que de una buena vez haya políticas serias y maduras.

_Le pido que los medios públicos dejen de hacer proselitismo oficialista. Que sean medios para la difusión cultural y la pluralidad de voces. Nunca más programas fanáticos. Le pido también terminar con la distribución de pauta que beneficia solo a los empresarios serviles.

_Quiero que haya planes para combatir la pobreza, que no se descuiden los planes, pero que haya educación y trabajo digno, para ayudar a progresar a la gente y no para tenerla agarrada sumida en la pobreza. Aunque quizás la responsabilidad sea demasiado grande, espero que ponga su granito de arena para recuperar la cultura del trabajo.

_Quiero que la educación sea un pilar. Quiero que haya escuelas con alumnos, docentes profesionales y universidades de la que se egrese gente capaz.

_Quiero que la salud sea prioritaria. Que terminen la desnutrición y las enfermedades de la pobreza, y que no haya ni un solo hospital en este país sin insumos.

_Quiero pedirle que la inseguridad sea prioridad. Terminar con la connivencia de las Fuerzas de Seguridad con el delito y terminar con ese falso "garantismo" que piensa más en el delincuente que en la víctima.

_Quiero que las empresas de servicios no sean deficitarias ni ineficientes. No quiero que se sostenga más esa bandera de que algo "por ser nuestro" es bueno. Quiero que el Estado administre o controle (según el caso) con responsabilidad y eficiencia.

_Le pido que las medidas que haya que tomar para salir de los problemas que la administración anterior le dejó se tomen de forma responsable, sincera y sin desatender a ningún sector. Le pido también que no siga con las políticas populistas que en nombre de una supuesta "redistribución" sigan alargando esta agonía. Presiento que un ajuste es inevitable, por eso le pido, en tres simples palabras: Que sea leve.

_Y por sobre todas las cosas, le pido que sea un gobierno democrático y republicano. Que no avance sobre los poderes. Que dialogue con la oposición tanto en el Congreso como con los gobernadores o intendentes. Que no abuse del poder que más del 51% del país le dio haciendo cadenas constantemente o usando discursos para faltar el respeto a los opositores. Que no convierta a su partido en una religión como hicieron algunos predecesores. Que su gobierno sea transparente y no le mienta a la gente. Que no considere al periodista opositor como "empleado de las corporaciones" y que no trate como "golpista" a los que piensan distinto. Que haya políticas de Estado, para que este Gobierno y los que vienen se mantengan en temas clave, consensuados y que sirvan a todos.

Usted en sus actos de campaña y sus discursos prometió muchas de las cosas que yo acabo de decir. Le tomo la palabra. Y si no las cumple sepa que se lo voy a señalar y seré crítico, pero sin pedir que se ponga en riesgo su gobernabilidad. Porque, a pesar de esta década que pasó, yo si aprendí lo que es la república y la democracia.

Un cordial saludo

martes, 8 de diciembre de 2015

Requiem para el proyecto (y para la Emperatriz)

 Aquí yace un proyecto político transformador que se abusó de la buena fe de miles de argentinos. Que convirtió a gente joven que podía ser útil en militantes lobotomizados capaz de dejar que violen a una de sus hijas por "el proyecto". Que le dio planes y subsidios a los pobres pero nunca les dio la oportunidad de progresar, alimentando un círculo vicioso de asistencia estatal. Que tenía todo para convertir al país en una potencia y lo convirtió en uno de los países con mayor inflación y menor libertad económica del mundo. El proyecto que nos vino a desendeudar a costa de aumentar la deuda interna, desfinanciando a todos los organismos estatales. El proyecto que nos mintió con los índices de inflación y nos ocultó los índices de pobreza. El proyecto que nos hablaba de federalismo mientras le robaba recursos a las Provincias y mientras gastaba miles de millones para subsidiar a las clases medias de Capital y el Conurbano.

 Aquí yace el proyecto que nos quiso alejar del imperialismo, aunque vetó leyes a pedido de la Barrick Gold y sacó decretos a pedido de Chevron y Monsanto. Quiso alejarnos de las potencias y nos alió con regímenes totalitarios como Irán, Cuba, China o Angola, democracias autoritarias como Rusia o Venezuela.

 El proyecto que nos quiso hacer creer que tenemos menos pobres que Alemania, mientras en las provincias olvidadas del Norte morían por desnutrición o enfermedades curables niños pobres. Ese proyecto que quería pluralizar voces, mientras beneficiaba con jugosas pautas multimillonarias a periodistas y empresarios mediáticos amigos. El proyecto de redistribución, que hizo que legisladores o funcionarios asuman cargos sin donde caer muertos y terminen con yates, countries y aviones privados. El proyecto que decía que la inseguridad era una "sensación", que no dejaba comprar dólares libremente pero que el cepo al dólar no existía y que no había que decir cuantos pobres había porque era "estigmatizarlos".

 Este fue el proyecto que le abrió las fronteras a los carteles para que envenenen con drogas a los jóvenes (ricos y pobres). Que fue capaz de darle la jefatura del ejército a un ex-represor con tal de manejar los servicios de inteligencia. Que dijo que no iba a reprimir la protesta social, porque prefería espiar organizaciones opositoras o desalojar esas protestas con barras bravas o patotas armadas. Que dijo que iba a renovar la política y terminó aliándose a los peores sindicalistas, gobernadores, intendentes y punteros. Que cuestionaba a Colón mientras en el Interior perseguían y torturaban indígenas y campesinos. Que recuperó las empresas estatales después de dejar durante años que las usen para hacer negociados los empresarios amigos. Que implementó políticas ferroviarias recién después de que murieran 52 personas.

 Termina el proyecto que nunca entendió de que se trata la república y la división de poderes. Que entendía que el Congreso era una escribanía donde todo se aprobaba a libro cerrado por orden de "la jefa". Que entendía que la justicia tenía que serle adicta y donde al juez o fiscal que osara investigar al poder había que despedirlo o perseguirlo. Que entendía que el Ministerio Público no tenía que ser extrapoder, sino dependiente del Poder Ejecutivo. Que entendía que los organismos de control tenían que encubrir a los poderosos y no controlarlos.

 El proyecto que engendró empresarios amigos enriquecidos, casos de corrupción escandalosos, concentración económica en pocas manos, funcionarios públicos multimillonarios, provincias pobres, una situación económica complicada (pocas reservas, alta inflación, déficit enorme, recesión, economías regionales en ruinas), personalismo mesiánico (ponerle Néstor Kirchner a todo), inseguridad, educación en crisis, falta de estadísticas oficiales, campañas sucias contra opositores, fanatismo cuasi-religioso... y a eso muchos le llamaban "proyecto nacional y popular", de "redistribución", de "inclusión". Me olvidaba: Este proyecto engendró la triste situación de un fiscal que denuncia a la Presidenta y a los pocos días horas aparece muerto.

 Como sea, ya se terminó.

 Y la Emperatriz que quería ser eterna no será eterna. A partir del 11 será una ciudadana más. Ya no tendrá a mano el Tango 01 para viajar de acá para allá. Ya no tendrá la cadena nacional para hablar en todos los medios para anunciar cosas tan relevantes como un show de stand-up o la inauguración de una canilla. Ya no tendrá a su disposición el patio de la Rosada para arengar a sus soldados. Ya no podrá convertir al poder en una religión como cuando juró por Dios, por la Patria y por su esposo muerto. Ya no podrá convertir al Gobierno en una empresa familiar, como cuando se hizo poner la banda presidencial por su hija o llenó los cargos públicos con amigos íntimos de su hijo.

 Tendrá sus millones, tendrá sus hoteles, tendrá sus terrenos, tendrá su departamento en Recoleta. Pero ya no tendrá el poder. Por más que no quiera entregar la banda o el bastón, por más que ponga excusas de golpes de Estado inexistentes para no ir al Congreso. Ya no tendrá el poder.

 Tanto ella como sus seguidores pasarán a la oposición. Algunos dicen que van a resistir, porque de democracia no saben nada y creen que se trata de una guerra. Otros ya están buscando acomodarse con el próximo líder del peronismo, sea quien sea.

 Pero EL PROYECTO MURIÓ. Ya no existe. ¿Hizo cosas buenas? Quizás. ¿Hizo cosas malas? Muchas. ¿Cómo se lo recordará? Eso lo verán las futuras generaciones.

 Pero ya está. Se terminó.

 Gracias por los servicios prestados. Pero no vuelvan más. Vayan directo a la cloaca de la Historia y no vuelvan. Lo repito: EL PROYECTO MURIÓ

sábado, 5 de diciembre de 2015

La Historia reciente según el kirchnerismo

 Como parte de su construcción religiosa el kirchnerismo intentó construirse un pasado. Así como los antiguos emperadores inventaban haber sido descendientes de héroes o dioses.  Pero el kirchnerismo fue más allá. No sólo inventó un pasado idílico de Néstor y Cristina. También inventó un contexto en el pasado.

 Con fines de análisis voy a dividir el pasado en cuatro divisiones. Por motivos obvios habrá dos que trascenderán más que el resto.

1_Los ‘70
Relato: “Los militares y sus cómplices civiles tomaron el poder el 24 de marzo de 1976 inaugurando un plan genocida. Los únicos que resistieron fueron los desaparecidos y las Madres de Plaza de Mayo.”

 Esta historia a priori es verdadera. Pero hay varias cosas por observar. La primera es el hecho de considerar como día clave el 24 de marzo. Nadie duda que la dictadura instaurada desde ese día fue la más brutal y sanguinaria que vivió la Argentina, pero no se puede olvidar que en el siglo XX hubo otras cinco interrupciones al orden democrático: 1930, 1943, 1955, 1962 y 1966. En muchos de estos casos se instauraron dictaduras que también mataron, torturaron, hicieron desaparecer y censuraron. ¿Qué sentido tiene recordar solo la última?
 Otra mentira o media verdad consiste en olvidar el contexto previo. Entre 1973 y 1976 la Argentina vivía una democracia endeble. Más allá de la violencia de los grupos subversivos, el Estado Nacional por aquel entonces dio el puntapié inicial en el terrorismo estatal y paraestatal sistemático. Desde la masacre de Ezeiza al Operativo Independencia, pasando por las ejecuciones extrajudiciales de guerrilleros, los primeros centros de detención, las protestas brutalmente reprimidas y los primeros casos de apropiación de bebés nacidos en cautiverio. El mayor exponente de este terror en democracia fue la Triple A. Si se trata de recordar a los “compañeros detenidos-desaparecidos” también hay que recordar a esos de esos tres años previos.
 Y finalmente, la glorificación de la “juventud maravillosa”. Si bien nunca se vio que explícitamente el gobierno reivindicase a los grupos armados de izquierda, si se vieron actos implícitos, como el discurso de Cristina el 22 de agosto de 2012 en un acto en homenaje a Envar El Kadri (fundador de las Fuerzas Armadas Peronistas) o la participación de funcionarios o legisladores kirchneristas en los actos por el Día el Montonero.
 No caben dudas que la violencia de la dictadura fue genocida. Pero tampoco cabe dudas que el ERP y los Montoneros fueron grupo lisa y llanamente terroristas que atentaron contra gobiernos democráticos, realizando actos repudiables desde todo punto de vista. Una vez instaurada la dictadura, la violencia armada podría ser considerada un acto de resistencia armada, pero aún en este contexto hubo episodios de violencia injustificada, como el atentado en la casa del Almirante Lambruschini que se cobró la vida de su hija Paula. Tampoco se debe olvidar que estos grupos no pedían la democracia liberal representativa, sino instaurar regímenes socialistas.
 Es incorrecto equiparar la violencia de ambos grupos y hablar de “daños colaterales”, ya que en el caso de la dictadura hubo un liso y llano plan de exterminio y persecución. Y por supuesto que también es incorrecto reivindicar ese terrorismo estatal o considerar que Videla, Massera y su troupé sean héroes.
 Pero no es incorrecto para nada recordar que en los años 70 el país atravesó una situación de violencia armada. No es incorrecto tampoco recordar que esos grupos armados eran criminales y anti-democráticos. Y tampoco es incorrecto recordar a las víctimas de esos grupos.
 Por eso es absurdo recordar el 24 de marzo como feriado. Si hay un día que debería ser feriado es el 10 de diciembre, el día que marcó el regreso definitivo a la vida democrática y el rechazo total a la violencia política.


2_Los ‘80
Relato: “Raúl Alfonsín fue el primer kirchnerista. Él peleó contra las mismas corporaciones que nosotros. Por eso un verdadero alfonsinista es kirchnerista.”

 Esta visión la sostienen sobre todo grupos pseudo-radicales filo-kirchneristas como el Movimiento Nacional Alfonsinista de Leopoldo Moreau o Los Irrompibles de Leandro Santoro. Estos grupos se volvieron cada vez menos opositores hasta terminar uniéndose al kirchnerismo.
 ¿Qué se puede decir de esta visión? Por supuesto que la santificación de ciertas figuras es siempre malo. Pero resulta raro que lo hagan los K quienes durante años ningunearon totalmente a Raúl Alfonsín. Fue allá en el 2004 cuando Kirchner pidió perdón por tantas décadas de ignorancia a las Madres, olvidando cruelmente el Juicio a las Juntas. Porque para este retorcido punto de vista juzgar a los líderes de la dictadura dos años después de terminado el régimen y con las FFAA aún con poder (como lo demostrarían los alzamientos carapintadas) es igual de valiente que descolgar un cuadro de Videla en el Colegio Militar veintiun años después de recuperada la democracia y con las FFAA ya debilitadas y desguasadas. Haber sufrido cuatro levantamientos y haberlos enfrentado entrevistándose personalmente con los amotinados (más allá de la consideración posterior que se pueda tener de las leyes del perdón o incluso de los indultos) es igual de valiente que gritarles “no les tengo miedo” a un ejército sin municiones ni tanques, una armada con barcos que se incendian y una fuerza aérea que no radariza ni tiene aviones útiles. El propio Alfonsín confesaría haberse sentido dolido por esa omisión.
 Con respecto al tema de las corporaciones, la economía alfonsinista no era precisamente nacional y popular. Cabe recordar que tuvo como ministro a un tecnócrata como Juan Vital Sorrouille que implementó el Plan Austral, que contó con el visto bueno del FMI y el Banco Mundial. Incluso por aquellos años el gobernador Menem proponía su “economía popular de mercado” frente a la “economía de corte netamente monetarista” de Alfonsín. También conviene recordar que el kirchnerismo que quiere empresas estatales para todo reivindica al alfonsinismo que intentó dar los primeros pasos en las privatizaciones o la asociación con privados en el sector ferroviario, petrolero o de transporte aéreo. Y por último, si quieren hablar de la pelea de Alfonsín con Clarín, también recuerden que Menem también estuvo peleado con Clarín.
 Finalmente, la idea de ver en don Raúl a un kirchnerista no se condice con el testimonio del ex presidente durante los años del kichnerismo. En el 2006 durante el juicio a Etchecolatz dijo que Kirchner quería “reinventar la historia” sobre la dictadura, y dijo: “Me la jugaba en el Proceso y otros ni aparecían”. En el 2007 diría que el santacruceño era “una personalidad autoritaria con su propia gente” y que era “hegemónico en cuanto a su acción de gobierno”. Si es verdad que el “padre de la democracia” no simpatizaba por Macri y Carrió, tan cierto como que en sus últimos meses de vida se reunía seguido con Julio Cobos como forma de relanzar a la UCR luego del voto no positivo.

3_Los '90
Relato: “La década del ’90 fue de privatizaciones. Se vendió el Estado. Se fundió.”

 Es un acto bastante común por parte del kirchnerismo fustigar completamente a esa época. A pesar de la privatización de YPF, de la boleta que compartieron Kirchner y Menem en el ’95 o de las palabras elogiosas de Cristina para con Cavallo hasta bien entrados los 2000, ahora resulta que los ’90 fueron una época oscura y tenebrosa.
 Sin embargo, sería bueno recordar que, como ya hemos dicho en párrafos anteriores, la historia no es un montón de burbujas, sino una corriente con rupturas y continuidades. El menemismo no escapa a eso. Si pensamos que Menem y sus secuaces fueron simplemente villanos que aparecieron de la noche a la mañana para arruinar un país perfecto y que todo lo malo que viene pasando es por culpa de Menem estamos bastante errados.
 En primer lugar, cabe recordar la situación del país cuando Menem asumía: Déficit, default, índices récord de pobreza y desocupación, empresas estatales que eran nidos de amiguismo e ineptitud y la peor hiperinflación que haya tenido lugar en esta parte del mundo. Menem prometía contrarrestar esto con la revolución productiva y el salariazo.
 Claro que hizo todo lo contrario, ajustando, privatizando y arrancándole cuatro ceros al austral para crear una moneda cuyo valor estaba atado al dólar.  La pregunta es ¿cómo estaba el mundo en ese entonces? Fin de la guerra fría, colapso del bloque comunista y el triunfo del Consenso de Washington que proponía este tipo de soluciones o similares para salir de estas crisis en el tercer mundo. Pero antes de que eso ocurriera ya se podía prever que la situación del Estado era insostenible, por eso el gobierno de Alfonsín encaró hacia el final de su gestión proyectos para iniciar tímidamente privatizaciones.
 Por supuesto que las cosas se hicieron. Y mal. Las privatizaciones fueron un desfile de negociados corruptos, no hubo ningún plan para al menos aliviar las consecuencias sociales de la desaparición de tantas empresas y la forma en que se encaró ese plan de reforma del Estado puede considerarse al menos desprolijo. Pero eso no quita dos verdades esenciales: 1) El plan de ajuste era inevitable, y 2) Si las empresas estatales fueron un desastre y las privatizadas también lo fueron, entonces el problema es más profundo que un debate puramente ideológico.
 El 1 a 1 siguió durante más de una década. Nunca hubo un plan para salir paulatinamente de ese esquema que a los pocos años ya había demostrado estar obsoleto. Algo similar a lo que pasa ahora, con esta equivalencia entre el peso y el dólar que no sirve para conservar las reservas del BCRA y favorece la venta ilegal.
 Los kirchneristas sacan entonces un as bajo la manga: Hablar del contexto internacional, de las crisis de las hipotecas subprime, la crisis en Europa o las devaluaciones en Brasil y China. Eso explicaría que este modelo de señales negativas. Sin embargo el menemismo también podría hacer gala de lo mismo, ya que durante aquellos años tuvimos que atravesar una seguidilla de crisis mundiales: Tequila, Tigres Asiáticos, Vodka y Caipirinha.
 ¿Mienten entonces los kirchneristas cuando hablan de los ’90? No necesariamente, pero si lo simplifican. Convierten a un gobierno en la causa de todos los males. Y sin intención de defender a Menem, lo cierto es que los que estuvieron antes que él hicieron desastres y los que vinieron después tampoco hicieron nada para solucionarlo. Y además simplifican el análisis al no observar el contexto internacional y nacional que produjo esas reformas y medidas.
 De todas maneras, hay una cosa que los kirchneristas nunca pudieron explicarnos: Si el menemismo en 10 años hizo desastres ¿por qué el kirchnerismo no pudo solucionarlos en 12?

4_Los 2000
Relato: “El kirchnerismo recibió un país en ruinas y lo puso de pie”

 Nuevamente mienten. El país estaba incendiado y en crisis luego del 2001, cuando las rutas del Interior estaba llenas de piquetes, había saqueos, cacerolazos y asesinatos en todo el país bajo estado de sitio. Esa situación siguió durante un tiempo más. Cabe recordar que ese estado de conmoción social se agravó después de los crímenes de Puente Pueyrredón que obligaron a Duhalde a adelantar las elecciones.
 Cuando Kirchner asume esa situación ya estaba apagada. No había tantos piquetes, ya no había cacerolazos, ni saqueos, no había asambleas barriales tampoco. Económicamente el país venía atravesando un proceso lento pero constante de reactivación. Gracias al trabajo sucio de Duhalde y Remes Lenicov de devaluar y pesificar los ahorros el país se encontraba aumentando la exportaciones y, muy modestamente, la producción industrial. Para mayo de 2003 ya había terminado la recesión, el desempleo había bajado y las cuasi-monedas habían desaparecido. También para comienzos de ese año Lavagna había logrado un principio de acuerdo con el FMI. De hecho uno de los principales argumentos para votar por Kirchner era la promesa de continuidad.
 Lo que si se le puede reconocer a Kirchner es que produjo la aparición de actores relativamente nuevos en la política nacional (en especial los santacruceños) y sepultó para siempre a muchos actores desgastados, como Menem, Duhalde y parte importante de la UCR. También se le puede reconocer que el hecho de haber logrado un altísimo grado de imagen positiva devolvió la confianza de la gente en su Gobierno luego del “Que se vayan todos”.

 Pero no se le puede reconocer haber tomado un país al rojo vivo y haberlo estabilizado. Sencillamente porque no es verdad.

martes, 24 de noviembre de 2015

Carta abierta al militante K derrotado

Sé como estás. Desahuciado. Golpeado. Dolido. Con bronca. Con ganas de que ya mismo sea el 2019.

Honestamente no te entiendo. No comprendo esa devoción cuasi-religiosa que proferís hacia Néstor y Cristina, como si de Isis y Osiris se tratara. No comparto tu visión tan acartonada de considerar que hasta el 25 de mayo de 2003 vivíamos en una tierra arrasada y desde ese momento el país resucitó de entre los muertos. Tampoco comparto el deseo que tenías de que este modelo, con alta inflación, una moneda devaluada y economía en recesión, continúe, como si tuviera más para dar, y como si fuera inteligente confiar en que los mismos que nos llevaron a esta situación nos saquen. Pero lo respeto.

Lo que no respeto es tu arrogancia, tu poca vocación democrática. Seguramente porque no tenés ni idea de lo que significa la democracia. Te explico: En este país no hay monarquías absolutas, no hay herederos. Cada cuatro años se elige un presidente.

Seguramente no te llevás bien con ese mecanismo. En el 2003 Néstor ganó por el abandono de su rival, y en el 2007 y el 2011 Cristina ganó arrasando, casi sin competencia y frente a una oposición disgregada. Este 2015 fue distinto. Tu Reina Madre no podía presentarse a otra reelección y ella eligió a dedo a Scioli (apuesto lo que no tengo que vos estabas dentro de los que hasta hace un año lo consideraban un "candidato de los buitres"). Y los resultados están a la vista.

Perdieron. Simplemente perdieron. Fracasaron. Y no me vengas con el poco margen, el empate técnico o la mar en coche. Perdieron y punto. Aprendan a perder. Aprendan a vivir en el juego democrático. Esto no es un régimen caudillista como el que a vos tanto te gusta.

Y no comparto tampoco tus ganas para que todo explote. ¿Tan mediocre fue tu gobierno que es necesario que haya otra crisis para que lo valoremos? ¿Tan estúpido es el 52% de la población que vota para perjudicarse? ¿Y vos de verdad querés ver al país en crisis?

Si, aunque no lo admitas, ese es tu deseo. Te encantaría ver pobreza, ver desocupación, ver protestas violentas. Eso te encanta. Te masturbás pensando en eso. Porque esperás el momento en que tras toda esa crisis venga del cielo Nuestro Señor Néstor y la Inmaculada Virgen Cristina. No te das cuenta que si pasa eso te vas a perjudicar vos. Si, vos, que no tenés donde caer muerto. Mientras tanto, tu Reina Madre, el Príncipe Máximo y la Princesa Florencia van a divertirse con sus millones de dólares, y el Conde Daniel y la Condesa Karina van a seguir lustrando la estatua de Montaner.

No me quiero ir por las ramas. Lo que te quiero decir es: Aprendan a ser democráticos. Durante años dijiste mal intencionadamente que los opositores por el hecho de ser opositores éramos golpistas. Bueno, ahora vos querés ser golpista. Querés ser una especie de resistencia, como si fueras un montonero pasando a la clandestinidad.

Y no, no sos ninguna resistencia. Llamándote resistencia quedás como un patético, un ridículo, un niño inmaduro jugando a la guerra. Porque todavía no entendés que perdiste una elección democrática. No perdiste una guerra. No sufriste un golpe de Estado. Simplemente perdiste. Un concepto nuevo para vos, acostumbrado a ganar. Seguramente lamentás con toda el alma el día que nos dijiste que armemos un partido y ganemos elecciones.

Ahora te toca ser opositor. Mientras vos querés irte a tus bunkers imaginarios todos los kirchneristas dicen que van a ser oposición constructiva y que van a acordar la transición. Nuevamente, mientras tus jefes transan vos quedás en off side. Peleás contra molinos de viento. Hacés el ridículo una vez más. Como cuando me querías vender que una empresaria hotelera millonaria era la reencarnación del Che Guevara. Debés estar ya acostumbrado a hacer el ridículo.

Pero te repito, te toca ser opositor. De acá a cuatro años el presidente va a ser Mauricio Macri. Y tendrás que saber convivir con eso, reclamando y acordando, señalando errores y reconociendo logros (lo mismo que vos nos pedías a nosotros ¿te acordás?). Pero ya no tienen el poder. Ya no lo tienen. Y no fue magia: Fue la democracia. A lo mejor en estos cuatro años lo aprendés.

Para terminar, voy a parafrasear eso que tanto nos dijiste desde hace cuatro años: Armen un partido (como corresponde, con internas y sin sectarismos) y ganen elecciones.

domingo, 22 de noviembre de 2015

Ya se terminó

Si, ya pasó. En 18 días se termina esto.

Ya se termina el Congreso escribanía y el poder judicial cooptado o perseguido.

Ya se termina el apoyo a los más impresentables y autoritarios gobernadores feudales asesinos.

Ya se termina el vergonzoso alineamiento de nuestro país con regímenes totalitarios: Venezuela, Cuba, Angola, China, Irán y Rusia.

Ya se termina el infantilismo de no admitir errores y encubrir miserias con la excusa de "los medios mienten".

Ya se termina esa costumbre cuasi-religiosa de ponerle Néstor Kirchner a todo y de equiparar a Néstor y Cristina con dos semidioses. Se termina la re-escritura de la Historia.

Ya se termina el gobierno que durante 12 años dejó que el narcotráfico atraviese las fronteras y financie campañas electorales.

Ya se va a terminar ese manejo de los medios, beneficiando a los periodistas y empresarios amigos con millones mientras al mismo tiempo, hipócritamente, se ataca la concentración mediática.

Ya se terminan los subsidios escandalosos y el despilfarro, que sirve para maquillar una situación económica grave.

Ya se termina esa costumbre de tomarnos por idiotas, falsificando estadísticas y diciéndonos que estamos mejor que Alemania.

Ya se terminan las organizaciones "militantes" que meten gente en todos los ministerios o secretarías solo en base a su familia, sus amistades o su "militancia".

Ya se termina el verso de "no reprimir la protesta social" mientras los organismos de inteligencia y las fuerzas de seguridad espían opositores, y mientras barras bravas y patotas armadas tienen zonas liberadas.

Ya se termina este Estado elefantiásico donde se nombran centenares de cargos fantasma por decreto, día a día.

Ya se termina esa defensa boba de las empresas estatales, valorando más la "épica" y el nacionalismo en vez de exigir que sean eficientes y cumplan con su trabajo.

Y ya se termina nuestra etapa de golpistas, oligarcas, buitres, empleados de Magnetto. A partir de ahora seremos ciudadanos, volveremos a serlo. Como siempre. Ni enemigos ni amigos. Oficialistas, opositores, pero dentro de un juego político normal.

Se termina una etapa. Empieza otra. Hay que ser más ciudadanos que nunca, con valores cívicos y republicanos, para no repetir los erores del pasado. Pero mientras tanto es un momento de festejo. No todos los días cae una tiranía.

¡SALUD!

viernes, 20 de noviembre de 2015

Este 22 sigamos cambiando

Hace poco más de un mes con motivo de las elecciones generales había publicado este artículo en donde explicitaba mi apoyo a Macri y lo fundamentaba. Básicamente el argumento tenía que ver con motivos políticos o sociales más que económicos. Convencido de que el ajuste o la devaluación son inevitables, gane quien gane, más allá del gradualismo que puedan tener o no, la opción debe verse por el lado de la división de poderes, el autoritarismo, el manejo de los medios o el apoyo a sectores anti-democráticos del Interior.

Para el balotaje reafirmo lo anteriormente expresado y diría que lo refuerzo. El sciolismo finalmente mostró su verdadera cara.

Esta campaña ridícula del miedo y el mensaje mesiánico identificando al kirchnerismo con la refundación de la Patria de la cual Scioli se hace eco nos mostró la verdadera faceta de esta parte del kirchnerismo que decía ser un kirchnerismo con rostro humano. A todos esto, se confirmó aún más el arreglo de Scioli con la Cámpora, acaso el sector más recalcitrante de la militancia estatal.

Con Scioli queda claro que ese autoritarismo y esa democracia corrompida se van a reforzar con el agregado de su equipo (cuyos referentes, salvo excepciones, muestran una escasez de valores democráticos similares al de los equipos cristinistas) y el de la liga de gobernadores.

¿Y Macri? Con todo lo que se pueda decir o criticar representa un cambio más democrático y plural que su oponente. Y es claro también que no es el demonio que quieren pintar con esa campaña infantil.

Por eso este 22 voy a votar a Macri. Y si gana, desde el 10 de diciembre voy a exigirle que cumpla con sus promesas. Porque no le voy a dar un cheque en blanco a nadie.

domingo, 15 de noviembre de 2015

Conclusiones tras el segundo debate

Habiendo terminado el debate previo al balotaje, a una semana de la elección, es momento de hacer algunas reflexiones sobre lo vivido.

• ¿Este fue un debate de propuestas? ¿Un intercambio de ideas? ¿Un mecanismo para compartir puntos de vista? Para nada. Fue apenas una pelea de chicanas y spots electorales. Ninguno de los dos respondió las preguntas del otro (salvo excepciones) y ninguno pudo decir ninguna propuesta concreta. Aunque, como se verá más adelante, eso no significa que no haya habido un ganador. Debe decirse que, dentro de la carencia de respuestas, Scioli aparecía más esquivo que Macri.

• El primer bloque (los dos primeros) fueron los más agresivos y chicaneros, de ambos lados. Aunque en este caso a Scioli se lo notó más desbordado y mucho menos preparado. Macri encontró un buen punto para dirigir sus ataques: Las acciones de este ciclo político. Scioli tuvo que salir a despegarse del mismo, a pesar de mostrarse como el candidato de la continuidad. Sin duda que entró en un callejón sin salida. Por lo demás, se lo notó al Gobernador bonaerense bastante tenso, al punto de ni siquiera respetar los tiempos, mientras que el Jefe de Gobierno porteño iba más tranquilo.

• El segundo bloque (los dos últimos) mostraron una suerte de empate técnico. Mientras que Scioli pudo lograr calmarse y refinar sus ataques, Macri siguió sin sobresaltarse, si bien en algunos momentos aparecía desencajado.

• El final mostró la campaña de cada candidato resumida. Mientras que Macri apelaba al cambio y al futuro, Scioli insistía con la continuidad y la campaña del miedo.

• ¿Un veredicto? El debate lo ganó Macri, pero no por mucho. Scioli apareció mucho menos desbordado de lo esperable, y si bien arrancó desesperado, pudo luego acoplarse. Macri se mantuvo firme en su postura pacifista, aunque hubo ataques y preguntas que no supo responder. Igualmente, el hecho de no responder la virulencia del discurso de Scioli con un nivel igual de virulencia permitió que siga sosteniendo su postura y su estilo de campaña que todo parece indicar que le estaría dando buenos resultados, así como en el caso inverso para Scioli.

• ¿Puede influir esto en las encuestas? Lo dudo. Si bien puede haber votos de indecisos que puedan cambiar, considera que no es una cantidad muy importante como para inclinar la balanza. Considero que la suerte ya está echada, ya que mientras Scioli ataca fantasmas de lo que posiblemente venga a pasar Macri cuenta con la ventaja de atacar algo que efectivamente ya pasó y es conocido. Lo último considero que termina inclinando el terreno hacia el Jefe de Gobierno, por mostrarse como opositor luego de años de desgaste del modelo.

martes, 3 de noviembre de 2015

El kirchnerismo y sus miedos infundados

 "Macri o Patria", "Macri o tus derechos", "Amor Si Macri No", que si gana Macri volvemos a los 90, que volvemos al 2001, que va a cerrar las escuelas, va a cerrar los hospitales, va a dejar a todo el mundo sin trabajo, van a terminar con las jubilaciones, etcétera etcétera. Falta que digan que si gana Macri van a bombardear la Plaza de Mayo y fusilar gente en basurales, y cartón lleno.

 ¿A qué se debe esta campaña tan virulenta y mal intencionada? No se trata de simplemente plantear que gane Scioli, sino de decir que si no gana se viene el Apocalipsis.

 El kirchnerismo desde hace años dejó de convertirse en un simple movimiento político para avanzar hacia un movimiento religioso de tintes mesiánicos. Si no gobiernan ellos viene el caos. Si no gobiernan ellos vas a perder tu trabajo. Si no gobiernan ellos vas a quedar en la calle. Si no gobiernan ellos van a liberar a los represores. Si no gobiernan ellos van a levantarse a tu hermana. Si no gobiernan ellos van a tomarse la Coca para el fernet. Si no gobiernan ellos van a matar a un cachorro.

 ¿Y en qué se basa ese miedo? En la idea que este Gobierno es una refundación de la Argentina, como diría el peronismo original, la Nueva Argentina. Cualquier cambio de gobierno sería volver a lo anterior, identificado con la anti-patria, la crisis y los cuatro jinetes del Apocalipsis.

 Toda esta movilización no se da en respuesta a una medida adversa o un crimen. Se da en respuesta a un resultado electoral. Le tienen miedo a la democracia. Para ellos o se gobierna con un 54% de votos, un Congreso escribanía y una justicia adicta, o no se gobierna.

 Y no explican porque sería conveniente votar a Scioli. Tampoco hacen hincapié en los defectos reales de Macri. Por el contrario, idealizan al proyecto como si se tratara de una causa sagrada, colocan como representante de esa causa a un millonario ex-menemista (lo mismo que le endilgan a su opositor) y convierten a Macri en una caricatura.

 Entonces, para esta gente, hay que preservar este modelo. Vivimos con inflación, un Banco Central vacío, millones de personas viviendo en la pobreza, distribución desigual de la riqueza, altos funcionarios envueltos en escándalos de corrupción, empresarios amigos enriquecidos, gasto multimillonario en publicidad y narcotráfico asentado. Pero eso es mejor que permitir que venga Macri, que con él vuelven los 90 porque fue menemista y sus economistas neoliberales. Claro que Scioli también fue menemista y sus economistas también son neoliberales, pero bueno, es un detalle. Porque él lucha por "la causa" (¿pero no decían hace apenas unos meses que era un candidato de la Corpo y los fondos buitre?).

 El absurdo es evidente: Los dos candidatos tienen formaciones parecidos, antecedentes parecidos y son asesorados por personas con carreras parecidas. La diferencia está en que uno quiere mantener el modelo actual y el otro no. Pero tanto el candidato como sus militantes saben que el modelo está agotado. Por eso ahora quieren incorporar el 82% movil, la baja de retenciones y otras ideas que hasta hace unas semanas eran consideradas delirios.

 Prestemos entonces un poco de atención al nivel de delirio al que llegan estas personas: Dicen que si no ganan ellos viene el neoliberalismo. Pero resulta que el candidato de ellos también es neoliberal y quiere incorporar propuestas de la oposición, a la que el kirchnerismo considera neoliberal. Entonces, en definitiva, va a ganar el neoliberalismo.

 Si este modelo está agotado y los cambios son inevitables, entonces habrá que buscar por otros lados. Buscar cuál de los dos candidatos ofrece una mayor pluralidad (armando un frente con partidos con los que se peleó en el Congreso), un mayor diálogo, una mayor búsqueda de consenso y un mayor apertura democrática (¿cuales fueron los aliados de cada uno en las provincias?). De un lado, un candidato que dice "o ganamos nosotros o el caos". Del otro, un candidato que si gana dice que va a mantener las cosas positivas.

 La gente decidirá.

jueves, 29 de octubre de 2015

Las elecciones, 4 días después

Ya pasaron varios días desde el domingo 25. Ya se dijeron e hicieron muchas cosas. Por eso ahora, más en frío, traigo algunas conclusiones.

Victoria pírrica del sciolismo
 Scioli no es Cristina. La actual Presidenta cuenta con un carisma y una imagen fuerte que contrasta con el espíritu timorato y débil del actual Gobernador. Se le debe agregar también el desgaste propio de los 12 años de kirchnerismo que Scioli debe arrastrar por ser el candidato del oficialismo.
Scioli. Y por último, la apuesta fuerte que hicieron a la victoria en primera vuelta o a los casi 10 puntos de diferencia con el segundo se estrelló contra esa pared que fueron los 2,5 puntos.
 En estos momentos Scioli tiene tres alternativas. Se presenta al ballotage arrastrando las cadenas del kirchnerismo, arriesgándose a perder y a ver más limitado su accionar por las condiciones que los kirchneristas les van a poner. Se presenta al ballotage separándose del kirchnerismo, aunque a estas alturas quizás no resulte creíble para la población que lo vio presentar discursos kirchneristas agresivas. Y la tercera, bajarse. Los tres escenarios son negativos.

Victoria moral del macrismo
 Aunque hayan salido segundos Cambiemos hizo una elección brillante y son los verdaderos ganadores. Haber polarizado de esa manera pudieron erigirse como "los" opositores, como "el cambio" y "el futuro", y atraer más votos que en las PASO. A su oposición se le debe sumar el discurso conciliador y plural del que viene haciendo gala Macri en los últimos meses, incluyendo el domingo pasado.
 Su victoria en el balotaje parece un hecho. Dependerá de sí mismo no cometer errores y seguir con su discurso pluralista y pacificador para marcar un contraste con la campaña agresiva y virulenta del kirchnerismo.
 También fue una victoria de la UCR y a su estructura nacional, que a lo largo de este año consiguió gobernaciones e intendencias importantes. Recientemente Macri dejó las puertas abiertas a la presencia de radicales en su eventual gobierno.
 Por el lado Carrió, ella puede jactarse de haber formado este frente que ganó. Pero sin duda su imagen puede resultar negativa, por contrastar su discurso agresivo con el intento de discurso pacífico de Macri.

Massa lidera la resistencia
 El tigrense y sus cercanos parecen no haberse dado cuenta que perdieron la elección. Siguen haciendo campaña y hablando del país que quieren construir. Con eso marca que no quiere unirse a nadie en el futuro gobierno, más allá de apoyar a alguno o a otro. Su intención es convertirse en un líder de la oposición. Por eso desde ahora trata de ir marcando la cancha condicionando su apoyo y "sus votos".
 De su discurso ambiguo se puede concluir que no va a votar a Scioli. ¿Va a votar a Macri? Al decir la palabra "cambio" y "terminar una etapa" cada dos palabras pareciera indicar que sí. De todas maneras, como ya se dijo, Massa aspira a convertirse en la oposición peronista al gobierno que sea, por lo que cuanto menos peronista sea el futuro gobierno mejor.

La batalla de Buenos Aires
 El triunfo histórico de Vidal y la derrota de Aníbal marcó a fuego la política de los próximos años. No es poca cosa haberle sacado la Provincia al PJ después de 28 años.
 Para el PRO y la UCR una victoria fundamental, a pesar de que Scioli haya ganado como presidente. De esta manera ninguno los principales distritos electorales del país (PBA, CABA, Santa Fe, Córdoba y Mendoza) quedan en manos del kirchnerismo. Para el FPV una derrota terrible, incluso peor que una eventual derrota de Scioli. Aníbal quedará como el padre de la derrota y seguramente marque su muerte política.
 Para Vidal será fundamental el apoyo de los nuevos intendentes que derrotaron a los barones del Conurbano, los intendentes del Interior y el aparato provincial de la UCR. También será fundamental el apoyo del gobierno nacional, lo cual puede contribuir aún más a los votos bonaerenses para Macri.

El futuro del kirchnerismo
 Sin la Provincia, sin muchos intendentes y sin algunos gobernadores, el kirchnerismo pejotista (el que antes era menemista y duhaldista) está herido de muerte. Es el momento en que todos estos personajes se irán arrastrados hacia el próximo referente peronista.
 El kirchnerismo duro, camporista y santacruceño, estará debilitado, pero no por eso muerto. Siguen con presencia importante en Diputados y tendrán su bastión en Santa Cruz. Sin embargo, sin el amparo del poder nacional, se irá debilitando progresivamente, hasta terminar convertido en lo que ahora es el menemismo: Apenas una fuerza provincial.

El resto de las fuerzas
 El llamado del Frente de Izquierda a votar en blanco no sorprende a nadie, era lo esperable y es lo más consistente con su ideología. De todas formas hay que señalar su declive desde 2013 a la fecha. El trotskismo deberá trabajar para no volver al lugar marginal que siempre tuvo.
 Progresistas sigue sin encontrar su norte. Aparece como una fuerza desorganizada. En parte se debe a la heterogeneidad de su movimiento, contando con fuerzas socialdemócratas como el GEN y el PS, y al mismo tiempo con nacionalismo de izquierda como Libres del Sur. Sus magros resultados convierten a estas fuerzas en minoritarias.
 Compromiso Federal sigue convertido en una fuerza provincial con un caudal respetable en el resto del país. Aunque su presencia sea casi irrelevante en el escenario político siguen presentes en las elecciones. Probablemente en estas elecciones la candidatura del Adolfo (con una imagen mucho más negativa que la de su hermano) haya incidido en que sean últimos y no hayan repetido el cuarto puesto de 2007 o el quinto de 2011.

¿De cara al balotaje?
 Macri tiene todas las de ganar. Ya se posicionó como la oposición fuerte al kirchnerismo y con su discurso conciliador intentará atraer votos ajenos. Scioli tiene una posición más complicada y para ganar deberá despegarse del kirchnerismo y el discurso violento.
 Como sea, el próximo gobierno no será kirchnerista. La Década Ganada, el Proyecto Nacional y Popular, ya terminó.

jueves, 22 de octubre de 2015

Cambiemos este domingo

Este domingo los argentinos vamos a las urnas para elegir presidente nuevamente. A diferencia de lo que pasó en las elecciones pasadas, en este caso el resultado no está cantado y está abierto. En el 2007 y el 2011 las elecciones no fueron más que un simple trámite para Cristina, al igual que lo hubiera sido el ballotage en el 2003.

En estas elecciones que Scioli sale primero es lo único esperable. El dilema pasa por la segunda vuelta. Scioli está a poco de conseguirla, pero al mismo tiempo Macri está a poco de evitarla.

¿Macri es una buena opción? Objetivamente hablando, pienso que no. Pero no me caben dudas que entre la continuidad o el fin del kirchnerismo prefiero su fin. Estamos ante la posibilidad de sepultar política a este modelo político y social que tanto daño nos viene haciendo.

No pasa por lo económico. Objetivamente hablando hace varios años que el país viene con problemas que se van agravando cada vez más (déficit fiscal, reservas del BCRA, inflación, valor de la moneda, recesión, etc.). Y objetivamente hablando el próximo gobierno, sea del que sea, tendrá que reconciliarse con los sectores y países con los que este gobierno actual se peleó, además solucionar el tema de los hold-outs y tomar medidas antipáticas de ajuste y achicamiento del Estado, si bien pueda haber matices en cuanto al gradualismo o la intensidad. Pero aún así, los problemas económicos pueden solucionarse o no. Los daños que hizo el kirchnerismo fueron más profundos.

Se deterioró para siempre la división de poderes, convirtiendo al Congreso en una simple escribanía y al Poder Judicial en un enemigo a combatir. Se fragmentó a la sociedad de una manera pocas veces vista, convirtiendo a cualquier enemigo en un oligarca golpista apátrida. Y con esa misma mentalidad, se convirtió en aliados a los más impresentables gobernadores, intendentes y sindicalistas, permitiéndoles conservar o aumentar su poder.

El kirchnerismo gracias a estos mecanismos consiguió en todos estos años un poder impresionante. De ganar Scioli ese poder irá en aumento. Por más no-kirchnerista que quiera mostrarse Scioli viene embanderado en los gobernadores y con el apoyo de La Cámpora y demás organizaciones que cooptaron los organismos estatales.

El macrismo, en cambio, podrá tener muchos defectos. Pero no se puede negar que ha dado ejemplos de pluralismo, integrando un frente con la UCR y la Coalición Cívica, e incluso contando con el apoyo del Frente Renovador o la centroizquierda en varias provincias. Por otro lado, un eventual gobierno no-kirchnerista se verá obligado a negociar en el Congreso, de manera de revitalizar la tarea parlamentaria. También las organizaciones pseudo-juveniles K perderían parte de su poder y los gobernadores feudales no contarían con un aliado en el Gobierno Nacional.

Obviamente que Macri no es la panacea. Sus políticas económicas seguramente contarán con ajustes y recortes, beneficiará a empresarios amigos y cuesta creer que Macri le escape a la costumbre argentina de intentar influir en la justicia para beneficiarse. Pero Scioli en eso no puede decir nada, porque su gobierno sería una continuidad de todo aquello.

Entonces, si los dos candidatos son parecidos, pero uno representa la continuidad de un modelo nocivo que viene acumulando poder, y el otro, dentro de todo, representa  algo distinto, más plural, menos autoritario, y puede servir para darle fin al modelo nocivo, no hay dudas. Hay que votar al otro. Y el otro en este caso se llama  Mauricio Macri en la Nación y María Eugenia Vidal en Provincia. Y no hay otras opciones, por más que muchos se empeñen en negarlo.

sábado, 17 de octubre de 2015

Sobre los bienes y males del peronismo (comentarios a Luciana Sabina y Nicolás Lucca)

Conocida por todos es mi posición contraria a los populismos anti-democráticos en general, mi postura muy crítica con los gobiernos de Juan Domingo Perón (los tres más su gestión como ministro) y con los mecanismos actuales de la mayor parte del PJ.

Recientemente me encontré con un artículo escrito por Luciana Sabina (@kalipolis) y Nicolás Lucca (@relatodpresente) titulada "No fue siempre el peronismo, ni usted es estúpido". La nota busca refutar a gran parte de la "historiografía" actual que ubica al peronismo como causa de todos los males. "Casualmente" el título se parece mucho al de un libro de Fernando Iglesias, Es el peronismo, estúpido.

Coincido con que señalar al "peronismo" (como una entelequia) como causante de todos los males argentinos es un grave error histórico que roza el infantilismo. Por empezar, Perón ni siquiera durante sus gestiones mantuvo una misma línea. Entonces de idiotas pretender que sus supuestos seguidores la sigan. Sin ir más lejos, a una semana de las elecciones tenemos tres opciones peronistas para votar, cuatro si se toma en cuenta los elementos peronistas presentes en Cambiemos.

También coincido con señalar que muchos de los vicios del peronismo no nacieron ni murieron con el mismo. Por caso el personalismo o el autoritarismo.

Pero en lo que no coincido con Luciana y Nicolás es en relativizar o minimizar las obras malas del peronismo. Probablemente no sea su intención, pero creo que la sensación que deja el artículo apunta en ese sentido.

Analicemos este extracto:

Sí, hubo un peronismo plagado de virtudes y, al mismo tiempo, lleno de contradicciones, abusos y excesos que, analizados desde la comodidad del siglo XXI, nos resultan escandalosos.

Creo que esta oración es gravísima. Por empezar, no es cierto que estas cosas se analicen "desde la comodidad del siglo XXI". Ya en 1955 Alfredo Palacios desde Radio Belgrano decía lo siguiente:

Después de 10 años observamos que el signo monetario está depreciado y que la reparticiones autárquicas se encuentran en déficit permanentemente, lo que nos exige recurrir a las emisiones y a los depósitos. Que los sindicatos sojuzgados no pueden evitar que se violen las leyes de 8 horas y sábado inglés, sometiendo a los obreros a un régimen de trabajo a destajo y de horas extraordinarias. La obsecuencia crece y se vuelve en un ambiente de corrupción. Que las torturas de los presos políticos y a sus abogados se aplican como sistema. Que las universidades han perdido su autonomía y su prestigio, y en la escuela, se deforma el sentimiento y la mente de los niños.

Sirva esto como simple botón de muestra. No es verdad que esas actitudes sean criticadas hoy en el 2015. Ya eran criticadas en su momento. Casos como los de Ernesto Mario Bravo o Juan Ingalinella habían movilizado a la opinión pública y en el Congreso diputados como Ricardo Balbín o Arturo Frondizi, o dirigentes opositores como Moisés Lebensohn denunciaban parte importante de esos atropellos. Decir que esas cosas son escandalosas "comodamente desde el siglo XXI" es, por un lado, una inexactitud, y por otro lado, una falta de respeto hacia todos aquellos que durante esos años denunciaban al Gobierno y sufrían por eso censura o prisión.

No toman en cuenta que no había muchos espacios para manifestarse en contra del poder, ya que el gobierno concentraba la mayoría de los medios y las manifestaciones opositoras eran reprimidas. La "comodidad del siglo XXI" contrasta con la "incomodidad del siglo XX".

También me parece un error muy serio hablar de "contradicciones, abusos y excesos". Todos los atropellos que se le atribuyen al peronismo no fueron "errores", sino un plan sistemático. Los libros de texto proselitistas en las escuelas, la violenta represión contra manifestaciones opositoras, el encarcelamiento y las torturas a presos políticos, los avances contra la división de poderes, las violaciones a la Constitución Nacional (incluso a la de 1949), la propaganda casi omnipresente del "Líder" y la "Jefa", los límites impuestos a la libertad de prensa... ¿alguien puede creer que realmente estas políticas fueron aisladas y que no representaban a la política oficial?

Posteriormente la nota remarca las obras buenas de los primeros gobiernos peronistas. No seré yo quien no reconozca que esas obras fueron positivas (si bien cuando hablan de la "nacionalización" de los ferrocarriles omiten recordar que hubo un negociado escandaloso de sobreprecios). Efectivamente hubo obras muy positivas. Pero quisiera remitirme ahora a las palabras de Mario Bunge en su libro Cápsulas:

Yo estoy convencido de que el primer peronismo (de fines de 1943 a mediados de 1955) introdujo media docena de reformas positivas: modernizó el sistema de previsión social y la legislación laboral; dio el voto a la mujer y a los habitantes de los territorios nacionales; favoreció la industrialización; y adoptó una posición neutral (la famosa tercera posición) en la guerra fría.  
Pero creo que el precio que los argentinos pagaron por estas reformas progresistas fue desmesurado. Un gobierno democrático hubiera logrado lo mismo o más sin coartar las libertades públicas, ni encarcelar y torturar a opositores, ni rebajar el nivel de la educación y de la cultura, ni imponer la enseñanza de la «doctrina nacional» en los tres niveles educativos, ni amordazar al periodismo, ni convertir al movimiento sindical en un apéndice del gobierno, ni transformar a los pobres en limosneros que todo lo esperan de las autoridades, ni intentar fabricar la bomba nuclear para someter a todo el Cono Sur.

Fueron buenas obras, si. Pero el costo fue altísimo. No podemos quitarnos de vista que todas estas obras fueron hechas en el marco de un gobierno autoritario que sometía las libertades civiles y ponía énfasis desmesurado en la propaganda personalista. Esto se relaciona con lo que dije párrafos más arriba sobre la sistematicidad de los atropellos de Perón.

También Luciana y Nicolás nos recuerdan que los vicios de aquel régimen no fueron producto suyo, sino que tenían antecedentes. Pero para mí se equivocan al no tener en cuenta el contexto histórico. No estamos en 1800, sino en 1946. Conceptos como libertad de expresión, libertades civiles o Estado de derecho ya existían y estaban vigentes. Precisamente la falta de libertades o de república eran argumentos frecuentemente esgrimidos por la oposición de aquel entonces. Para cuando Perón gobernaba la Constitución llevaba décadas de sancionada y el país había pasado ya por experiencias amargas de interrupción del orden constitucional y legal, por lo que urgía volver al mismo luego de la Década Infame con su represión y sus "fraudes patrióticos". Precisamente semanas antes del 17 de octubre de 1945 tuvo lugar una manifestación opositora que pedía entregar el gobierno a la Corte Suprema para retomar la institucionalización. Los gobiernos de Perón fue un retroceso en ese sentido.


Por tanto, no creo que criticar el autoritarismo o la poca vocación democrática y republicana de los primeros gobiernos peronistas sea anacrónico.

Creo que ambos buscaron en su artículo un punto medio para demostrar que el peronismo no debe ser chivo expiatorio de los males argentinos y que los males que se le atribuyen no son monopolio suyo. Pero omiten mencionar que el peronismo llegó en un momento en el que la Argentina necesitaba volver a las sendas constitucionales luego de más de una década de fraudes y dictaduras y que el precio que la sociedad tuvo que pagar por esas buenas obras fue muy alto. Para mí ese aspecto no puede dejarse por alto a la hora de analizar este fenómeno político.