viernes, 20 de noviembre de 2015

Este 22 sigamos cambiando

Hace poco más de un mes con motivo de las elecciones generales había publicado este artículo en donde explicitaba mi apoyo a Macri y lo fundamentaba. Básicamente el argumento tenía que ver con motivos políticos o sociales más que económicos. Convencido de que el ajuste o la devaluación son inevitables, gane quien gane, más allá del gradualismo que puedan tener o no, la opción debe verse por el lado de la división de poderes, el autoritarismo, el manejo de los medios o el apoyo a sectores anti-democráticos del Interior.

Para el balotaje reafirmo lo anteriormente expresado y diría que lo refuerzo. El sciolismo finalmente mostró su verdadera cara.

Esta campaña ridícula del miedo y el mensaje mesiánico identificando al kirchnerismo con la refundación de la Patria de la cual Scioli se hace eco nos mostró la verdadera faceta de esta parte del kirchnerismo que decía ser un kirchnerismo con rostro humano. A todos esto, se confirmó aún más el arreglo de Scioli con la Cámpora, acaso el sector más recalcitrante de la militancia estatal.

Con Scioli queda claro que ese autoritarismo y esa democracia corrompida se van a reforzar con el agregado de su equipo (cuyos referentes, salvo excepciones, muestran una escasez de valores democráticos similares al de los equipos cristinistas) y el de la liga de gobernadores.

¿Y Macri? Con todo lo que se pueda decir o criticar representa un cambio más democrático y plural que su oponente. Y es claro también que no es el demonio que quieren pintar con esa campaña infantil.

Por eso este 22 voy a votar a Macri. Y si gana, desde el 10 de diciembre voy a exigirle que cumpla con sus promesas. Porque no le voy a dar un cheque en blanco a nadie.

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