martes, 24 de noviembre de 2015

Carta abierta al militante K derrotado

Sé como estás. Desahuciado. Golpeado. Dolido. Con bronca. Con ganas de que ya mismo sea el 2019.

Honestamente no te entiendo. No comprendo esa devoción cuasi-religiosa que proferís hacia Néstor y Cristina, como si de Isis y Osiris se tratara. No comparto tu visión tan acartonada de considerar que hasta el 25 de mayo de 2003 vivíamos en una tierra arrasada y desde ese momento el país resucitó de entre los muertos. Tampoco comparto el deseo que tenías de que este modelo, con alta inflación, una moneda devaluada y economía en recesión, continúe, como si tuviera más para dar, y como si fuera inteligente confiar en que los mismos que nos llevaron a esta situación nos saquen. Pero lo respeto.

Lo que no respeto es tu arrogancia, tu poca vocación democrática. Seguramente porque no tenés ni idea de lo que significa la democracia. Te explico: En este país no hay monarquías absolutas, no hay herederos. Cada cuatro años se elige un presidente.

Seguramente no te llevás bien con ese mecanismo. En el 2003 Néstor ganó por el abandono de su rival, y en el 2007 y el 2011 Cristina ganó arrasando, casi sin competencia y frente a una oposición disgregada. Este 2015 fue distinto. Tu Reina Madre no podía presentarse a otra reelección y ella eligió a dedo a Scioli (apuesto lo que no tengo que vos estabas dentro de los que hasta hace un año lo consideraban un "candidato de los buitres"). Y los resultados están a la vista.

Perdieron. Simplemente perdieron. Fracasaron. Y no me vengas con el poco margen, el empate técnico o la mar en coche. Perdieron y punto. Aprendan a perder. Aprendan a vivir en el juego democrático. Esto no es un régimen caudillista como el que a vos tanto te gusta.

Y no comparto tampoco tus ganas para que todo explote. ¿Tan mediocre fue tu gobierno que es necesario que haya otra crisis para que lo valoremos? ¿Tan estúpido es el 52% de la población que vota para perjudicarse? ¿Y vos de verdad querés ver al país en crisis?

Si, aunque no lo admitas, ese es tu deseo. Te encantaría ver pobreza, ver desocupación, ver protestas violentas. Eso te encanta. Te masturbás pensando en eso. Porque esperás el momento en que tras toda esa crisis venga del cielo Nuestro Señor Néstor y la Inmaculada Virgen Cristina. No te das cuenta que si pasa eso te vas a perjudicar vos. Si, vos, que no tenés donde caer muerto. Mientras tanto, tu Reina Madre, el Príncipe Máximo y la Princesa Florencia van a divertirse con sus millones de dólares, y el Conde Daniel y la Condesa Karina van a seguir lustrando la estatua de Montaner.

No me quiero ir por las ramas. Lo que te quiero decir es: Aprendan a ser democráticos. Durante años dijiste mal intencionadamente que los opositores por el hecho de ser opositores éramos golpistas. Bueno, ahora vos querés ser golpista. Querés ser una especie de resistencia, como si fueras un montonero pasando a la clandestinidad.

Y no, no sos ninguna resistencia. Llamándote resistencia quedás como un patético, un ridículo, un niño inmaduro jugando a la guerra. Porque todavía no entendés que perdiste una elección democrática. No perdiste una guerra. No sufriste un golpe de Estado. Simplemente perdiste. Un concepto nuevo para vos, acostumbrado a ganar. Seguramente lamentás con toda el alma el día que nos dijiste que armemos un partido y ganemos elecciones.

Ahora te toca ser opositor. Mientras vos querés irte a tus bunkers imaginarios todos los kirchneristas dicen que van a ser oposición constructiva y que van a acordar la transición. Nuevamente, mientras tus jefes transan vos quedás en off side. Peleás contra molinos de viento. Hacés el ridículo una vez más. Como cuando me querías vender que una empresaria hotelera millonaria era la reencarnación del Che Guevara. Debés estar ya acostumbrado a hacer el ridículo.

Pero te repito, te toca ser opositor. De acá a cuatro años el presidente va a ser Mauricio Macri. Y tendrás que saber convivir con eso, reclamando y acordando, señalando errores y reconociendo logros (lo mismo que vos nos pedías a nosotros ¿te acordás?). Pero ya no tienen el poder. Ya no lo tienen. Y no fue magia: Fue la democracia. A lo mejor en estos cuatro años lo aprendés.

Para terminar, voy a parafrasear eso que tanto nos dijiste desde hace cuatro años: Armen un partido (como corresponde, con internas y sin sectarismos) y ganen elecciones.

domingo, 22 de noviembre de 2015

Ya se terminó

Si, ya pasó. En 18 días se termina esto.

Ya se termina el Congreso escribanía y el poder judicial cooptado o perseguido.

Ya se termina el apoyo a los más impresentables y autoritarios gobernadores feudales asesinos.

Ya se termina el vergonzoso alineamiento de nuestro país con regímenes totalitarios: Venezuela, Cuba, Angola, China, Irán y Rusia.

Ya se termina el infantilismo de no admitir errores y encubrir miserias con la excusa de "los medios mienten".

Ya se termina esa costumbre cuasi-religiosa de ponerle Néstor Kirchner a todo y de equiparar a Néstor y Cristina con dos semidioses. Se termina la re-escritura de la Historia.

Ya se termina el gobierno que durante 12 años dejó que el narcotráfico atraviese las fronteras y financie campañas electorales.

Ya se va a terminar ese manejo de los medios, beneficiando a los periodistas y empresarios amigos con millones mientras al mismo tiempo, hipócritamente, se ataca la concentración mediática.

Ya se terminan los subsidios escandalosos y el despilfarro, que sirve para maquillar una situación económica grave.

Ya se termina esa costumbre de tomarnos por idiotas, falsificando estadísticas y diciéndonos que estamos mejor que Alemania.

Ya se terminan las organizaciones "militantes" que meten gente en todos los ministerios o secretarías solo en base a su familia, sus amistades o su "militancia".

Ya se termina el verso de "no reprimir la protesta social" mientras los organismos de inteligencia y las fuerzas de seguridad espían opositores, y mientras barras bravas y patotas armadas tienen zonas liberadas.

Ya se termina este Estado elefantiásico donde se nombran centenares de cargos fantasma por decreto, día a día.

Ya se termina esa defensa boba de las empresas estatales, valorando más la "épica" y el nacionalismo en vez de exigir que sean eficientes y cumplan con su trabajo.

Y ya se termina nuestra etapa de golpistas, oligarcas, buitres, empleados de Magnetto. A partir de ahora seremos ciudadanos, volveremos a serlo. Como siempre. Ni enemigos ni amigos. Oficialistas, opositores, pero dentro de un juego político normal.

Se termina una etapa. Empieza otra. Hay que ser más ciudadanos que nunca, con valores cívicos y republicanos, para no repetir los erores del pasado. Pero mientras tanto es un momento de festejo. No todos los días cae una tiranía.

¡SALUD!

viernes, 20 de noviembre de 2015

Este 22 sigamos cambiando

Hace poco más de un mes con motivo de las elecciones generales había publicado este artículo en donde explicitaba mi apoyo a Macri y lo fundamentaba. Básicamente el argumento tenía que ver con motivos políticos o sociales más que económicos. Convencido de que el ajuste o la devaluación son inevitables, gane quien gane, más allá del gradualismo que puedan tener o no, la opción debe verse por el lado de la división de poderes, el autoritarismo, el manejo de los medios o el apoyo a sectores anti-democráticos del Interior.

Para el balotaje reafirmo lo anteriormente expresado y diría que lo refuerzo. El sciolismo finalmente mostró su verdadera cara.

Esta campaña ridícula del miedo y el mensaje mesiánico identificando al kirchnerismo con la refundación de la Patria de la cual Scioli se hace eco nos mostró la verdadera faceta de esta parte del kirchnerismo que decía ser un kirchnerismo con rostro humano. A todos esto, se confirmó aún más el arreglo de Scioli con la Cámpora, acaso el sector más recalcitrante de la militancia estatal.

Con Scioli queda claro que ese autoritarismo y esa democracia corrompida se van a reforzar con el agregado de su equipo (cuyos referentes, salvo excepciones, muestran una escasez de valores democráticos similares al de los equipos cristinistas) y el de la liga de gobernadores.

¿Y Macri? Con todo lo que se pueda decir o criticar representa un cambio más democrático y plural que su oponente. Y es claro también que no es el demonio que quieren pintar con esa campaña infantil.

Por eso este 22 voy a votar a Macri. Y si gana, desde el 10 de diciembre voy a exigirle que cumpla con sus promesas. Porque no le voy a dar un cheque en blanco a nadie.

domingo, 15 de noviembre de 2015

Conclusiones tras el segundo debate

Habiendo terminado el debate previo al balotaje, a una semana de la elección, es momento de hacer algunas reflexiones sobre lo vivido.

• ¿Este fue un debate de propuestas? ¿Un intercambio de ideas? ¿Un mecanismo para compartir puntos de vista? Para nada. Fue apenas una pelea de chicanas y spots electorales. Ninguno de los dos respondió las preguntas del otro (salvo excepciones) y ninguno pudo decir ninguna propuesta concreta. Aunque, como se verá más adelante, eso no significa que no haya habido un ganador. Debe decirse que, dentro de la carencia de respuestas, Scioli aparecía más esquivo que Macri.

• El primer bloque (los dos primeros) fueron los más agresivos y chicaneros, de ambos lados. Aunque en este caso a Scioli se lo notó más desbordado y mucho menos preparado. Macri encontró un buen punto para dirigir sus ataques: Las acciones de este ciclo político. Scioli tuvo que salir a despegarse del mismo, a pesar de mostrarse como el candidato de la continuidad. Sin duda que entró en un callejón sin salida. Por lo demás, se lo notó al Gobernador bonaerense bastante tenso, al punto de ni siquiera respetar los tiempos, mientras que el Jefe de Gobierno porteño iba más tranquilo.

• El segundo bloque (los dos últimos) mostraron una suerte de empate técnico. Mientras que Scioli pudo lograr calmarse y refinar sus ataques, Macri siguió sin sobresaltarse, si bien en algunos momentos aparecía desencajado.

• El final mostró la campaña de cada candidato resumida. Mientras que Macri apelaba al cambio y al futuro, Scioli insistía con la continuidad y la campaña del miedo.

• ¿Un veredicto? El debate lo ganó Macri, pero no por mucho. Scioli apareció mucho menos desbordado de lo esperable, y si bien arrancó desesperado, pudo luego acoplarse. Macri se mantuvo firme en su postura pacifista, aunque hubo ataques y preguntas que no supo responder. Igualmente, el hecho de no responder la virulencia del discurso de Scioli con un nivel igual de virulencia permitió que siga sosteniendo su postura y su estilo de campaña que todo parece indicar que le estaría dando buenos resultados, así como en el caso inverso para Scioli.

• ¿Puede influir esto en las encuestas? Lo dudo. Si bien puede haber votos de indecisos que puedan cambiar, considera que no es una cantidad muy importante como para inclinar la balanza. Considero que la suerte ya está echada, ya que mientras Scioli ataca fantasmas de lo que posiblemente venga a pasar Macri cuenta con la ventaja de atacar algo que efectivamente ya pasó y es conocido. Lo último considero que termina inclinando el terreno hacia el Jefe de Gobierno, por mostrarse como opositor luego de años de desgaste del modelo.

martes, 3 de noviembre de 2015

El kirchnerismo y sus miedos infundados

 "Macri o Patria", "Macri o tus derechos", "Amor Si Macri No", que si gana Macri volvemos a los 90, que volvemos al 2001, que va a cerrar las escuelas, va a cerrar los hospitales, va a dejar a todo el mundo sin trabajo, van a terminar con las jubilaciones, etcétera etcétera. Falta que digan que si gana Macri van a bombardear la Plaza de Mayo y fusilar gente en basurales, y cartón lleno.

 ¿A qué se debe esta campaña tan virulenta y mal intencionada? No se trata de simplemente plantear que gane Scioli, sino de decir que si no gana se viene el Apocalipsis.

 El kirchnerismo desde hace años dejó de convertirse en un simple movimiento político para avanzar hacia un movimiento religioso de tintes mesiánicos. Si no gobiernan ellos viene el caos. Si no gobiernan ellos vas a perder tu trabajo. Si no gobiernan ellos vas a quedar en la calle. Si no gobiernan ellos van a liberar a los represores. Si no gobiernan ellos van a levantarse a tu hermana. Si no gobiernan ellos van a tomarse la Coca para el fernet. Si no gobiernan ellos van a matar a un cachorro.

 ¿Y en qué se basa ese miedo? En la idea que este Gobierno es una refundación de la Argentina, como diría el peronismo original, la Nueva Argentina. Cualquier cambio de gobierno sería volver a lo anterior, identificado con la anti-patria, la crisis y los cuatro jinetes del Apocalipsis.

 Toda esta movilización no se da en respuesta a una medida adversa o un crimen. Se da en respuesta a un resultado electoral. Le tienen miedo a la democracia. Para ellos o se gobierna con un 54% de votos, un Congreso escribanía y una justicia adicta, o no se gobierna.

 Y no explican porque sería conveniente votar a Scioli. Tampoco hacen hincapié en los defectos reales de Macri. Por el contrario, idealizan al proyecto como si se tratara de una causa sagrada, colocan como representante de esa causa a un millonario ex-menemista (lo mismo que le endilgan a su opositor) y convierten a Macri en una caricatura.

 Entonces, para esta gente, hay que preservar este modelo. Vivimos con inflación, un Banco Central vacío, millones de personas viviendo en la pobreza, distribución desigual de la riqueza, altos funcionarios envueltos en escándalos de corrupción, empresarios amigos enriquecidos, gasto multimillonario en publicidad y narcotráfico asentado. Pero eso es mejor que permitir que venga Macri, que con él vuelven los 90 porque fue menemista y sus economistas neoliberales. Claro que Scioli también fue menemista y sus economistas también son neoliberales, pero bueno, es un detalle. Porque él lucha por "la causa" (¿pero no decían hace apenas unos meses que era un candidato de la Corpo y los fondos buitre?).

 El absurdo es evidente: Los dos candidatos tienen formaciones parecidos, antecedentes parecidos y son asesorados por personas con carreras parecidas. La diferencia está en que uno quiere mantener el modelo actual y el otro no. Pero tanto el candidato como sus militantes saben que el modelo está agotado. Por eso ahora quieren incorporar el 82% movil, la baja de retenciones y otras ideas que hasta hace unas semanas eran consideradas delirios.

 Prestemos entonces un poco de atención al nivel de delirio al que llegan estas personas: Dicen que si no ganan ellos viene el neoliberalismo. Pero resulta que el candidato de ellos también es neoliberal y quiere incorporar propuestas de la oposición, a la que el kirchnerismo considera neoliberal. Entonces, en definitiva, va a ganar el neoliberalismo.

 Si este modelo está agotado y los cambios son inevitables, entonces habrá que buscar por otros lados. Buscar cuál de los dos candidatos ofrece una mayor pluralidad (armando un frente con partidos con los que se peleó en el Congreso), un mayor diálogo, una mayor búsqueda de consenso y un mayor apertura democrática (¿cuales fueron los aliados de cada uno en las provincias?). De un lado, un candidato que dice "o ganamos nosotros o el caos". Del otro, un candidato que si gana dice que va a mantener las cosas positivas.

 La gente decidirá.