lunes, 15 de agosto de 2016

Los '70, eterno retorno

 Las recientes declaraciones de Macri sobre el número de desaparecidos y la "guerra sucia" levantaron polémicas, tanto en la izquierda y el kirchnerismo como en sectores del oficialismo militantes de la corrección política. Y lo cierto es que las frases son ciertas.

 O más o menos. Cuando Macri dice que no tiene idea si fueron 9.000 o 30.000 oculta la verdad de que el número 30.000 no se sostiene por ningún lado y que las estimaciones más exactas de las que disponemos hoy en día llevan el número a una cifra entre 8.000 y 9.000, sin dejar de mencionar que no es un número definitivo. Pero eso no significa que el número de 30.000 resulte exagerado y que tenga un origen bastante claro, no basado e las evidencias.

 Cuando habla de la guerra sucia, Macri tampoco se equivoca. Nadie niega que evidentemente hubo un plan de exterminio, un genocidio, de parte del Estado argentino gobernado por la junta golpista que llevó a cabo terrorismo de Estado. Pero también sería de necios no reconocer que hubo organizaciones subversivas que mataron, pusieron bombas, secuestraron y tomaron cuarteles en democracia, atacando a civiles y militares, que tenía el objetivo de instaurar una dictadura comunista. Esas organizaciones se consideraban ejércitos, decían que estaba en una guerra, tenían grados militares y emitían comunicados tras cada "combate". Del otro lado, el Estado llevaba a cabo una guerra anti-subversiva. Es decir, de ambos lados existía la idea de estar combatiendo. Y montados en la idea de guerra anti-subversiva vino el terrorismo paraestatal y estatal. 

 Entonces, Macri no se equivocó. Le faltó valor para decir que el número 30.000 es una farsa y decirle "guerra sucia" es bastante acertado.

 Sin embargo, izquierdistas, progresistas, kirchneristas y demás alimañas pusieron en el grito en el cielo. Y esto por una razón sencilla: Necesitan que los '70 no se terminen. Necesitan que nunca cierre esa herida.

 La realidad es que hoy los '70 pertenecen a los libros de Historia y al ámbito judicial. Sin embargo, desde cierta militancia se insiste en reivindicar las acciones de aquellas guerrillas, se niega su carácter de organizaciones armadas subversivas y se tiene una visión edulcorada de aquellos años. La acción guerrillera y la crisis de gobernabilidad entre 1973 y 1976 nadie la nombra. Por otro lado, el número 30.000 aparece como un dogma y nadie puede negarlo como parte de las doctrinas de la izquierda. Y finalmente, luego de quejarse (con justa razón) de las torturas y malos tratos sufridos por los desaparecidos piden que los represores en la actualidad que son hombres ancianos estén en cárceles comunes y sin ninguna garantía judicial.

 Sería bueno que estas personas dejen los '70 a donde pertenecen: Al pasado. Y es necesario también contar la Historia completa. Solo así las heridas podrán cerrar y las izquierdas que añoran al terrorismo y los regímenes totalitarios serán derrotadas.

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