sábado, 18 de junio de 2016

La corrupción estructural del kirchnerismo

 En tiempos en donde cuentan plata en la Rosadita y entierran valijas en conventos el kirchnerismo intenta salir al paso recurriendo a la más patética de las excusas. Dicen que "todos los partidos políticos tienen corruptos" o que "corrupción hubo siempre" o ideas parecida. De esta manera quienes dijeron que "volvió la política" recurren al más bajo y simplista argumento anti-política. Y también quienes dijeron que iban a ser diferentes al resto se igualan a los demás.

 Sin embargo, el argumento es falaz. Podemos decir que efectivamente hubo actos de corrupción, pero no es el caso que compete al kirchnerismo. Su caso no fue el de actos aislados, sino de una matriz de corrupción y encubrimiento. Y esa matriz formó parte también del famoso modelo, por lo que tampoco es verdad que "la corrupción no quita lo bueno".

 Pensemos que quienes están implicados en estos actos no son funcionarios de segunda o tercera línea solamente. Aunque en los casos se observa que aparecen subsecretarios o directores, en ellos aparecen también personas de primera línea, de lo más alto del poder político. Julio De Vido, Ministro de Planificación durante doce años, aparece manchado por la mayoría de los escándalos (Skanska, ruta del dinero K, Hotesur, Once, Aerolíneas, AYPF, CCK, embajada paralela, Antonini Wilson, Sueños Compartidos, Milagro Sala, Jaime, López, etc.). Otro gran escándalo fue el de Ciccone, en donde aparecían el ex-vicepresidente Amado Boudou y el ex-titular de la AFIP Ricardo Echegaray, entre otros. Aníbal Fernández, quien fue Ministro del Interior, de Seguridad y Jefe de Gabinete en dos períodos distintos, aparece involucrado en Fútbol Para Todos, Plan Qunita y el Triple Crimen de General Rodríguez. Y la propia ex-Presidenta, quien comienza su Gobierno con la campaña financiada por la efedrina, la mafia de los medicamentos y la valija de Antonini, en tanto que luego su nombre aparezca en medio de Hotesur. Y sin dejar de mencionar que es absurdo creer que en un Gobierno como el anterior, en donde la AFIP estaba al día para perseguir opositores y en donde había un uso de los servicios de inteligencia constante, nadie en el Gobierno estuviera al tanto mientras algunas "ovejitas descarriadas" robaban.

 Por otro lado, desde el poder se hizo todo lo posible por encubrir. Hubo una cooptación de los organismos de control, llegando a extremos ridículos como la presencia de jueces federales adictos, una Procuración General cómplice a manos de Gils Carbó, un intento fallido (por suerte) de "democratización" de la justicia, el partidismo abierto (Justicia Legítima) de parte de los letrados, leyes para encubrir negociados (Ciccone, Universidad de las Madres, sistema ferroviario), persecución contra jueces o fiscales que investigan, y organismos estatales de control (IGJ, OA, UIF, Procelac) en manos de militantes cómplices.

 Finalmente, el modelo al lado de la corrupción. Si se observa el modelo se puede observar que la idea era muy clara: Subsidiar o dar limosnas a los pobres y la clase media, mientras los poderosos la juntaban (o enterraban) en pala. Fue así como veíamos autos subsidiados y rutas destruidas, vuelos subsidiados y trenes que chocaban, electricidad subsidiada y apagones todo el tiempo, dólar turista subsidiado y cepo al dólar para el ahorro o las pymes, subsidios en el Conurbano y economías regionales en la ruina. Para los pobres había planes, asignaciones y empleo precario, educación deficiente y graves fallas en el sistema salud. Para los jubilados había jubilaciones miserables junto a aumentos esporádicos, mientras no se pagaban juicios, la plata del Anses se usaba para cualquier cosa y el PAMI servía de pantalla para toda clase de negociados. Y eso fue durante todo el modelo, aunque al principio nadie lo haya visto (o nadie lo haya querido ver) porque el precio de la soja lo disfrazaba. Y mientras eso pasaba, se dejaba la vía libre para que los corruptos roben y para que gente que entraba al Gobierno pobre saliera millonaria. En otras palabras, la plata que López enterró es la que no se usó para comprar los frenos del Sarmiento, la que no se usó para arreglar las rutas y la que no se invirtió en la red eléctrica. Fue un plan adrede y completamente conciente que se invirtiera un peso mientras se robaban diez.

 Entonces tenemos aquí tres cosas, Primero, los implicados en la corrupción fueron personas de la primera línea del poder. Segundo, desde el poder se hizo todo para encubrir. Y tercero, el robo fue una constante y parte de una política destinada a gastar migajas en la gente pero guardarse la parte del león en el bolsillo. No fue un corrupto, dos corruptos, diez corruptos o quinientos corruptos. Fue todo un sistema corrupto.

 Finalmente ¿toda la política es así como dicen ellos? Será cuestión de vigilar y esperar que los de ahora no lleguen a tal nivel de obscenidad. Espero que esta vez, como sociedad, hayamos aprendido algo.

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